Mi nombre es Irasue Minayashi

Capítulo 85. Mi pequeño e instantáneo consuelo.

Ya no importa el día. Ya llevo cinco años viuda y corrí a mi hijo de la casa. ¿Que me pasa?

Irasue entró al despacho de su esposo. Todo olía a encerrado y a humedad. Olía bien, pues el aroma de su marido aún no se borraba de ahí.

Las estanterías estaban cubiertas de polvo, al igual que el escritorio.

Todo estaba muy oscuro, pero no abriría el shōji, por qué aquel aroma desaparecería.

Irasue: Te extraño tanto... (caminando por la habitación) Ahora entiendo por qué hablabas con la tumba de Toshi... (tapándose la boca para que no se le quiebre la voz)

Irasue se sentó en el zabuton del escritorio de su marido y recargó su cabeza en el escritorio.

Irasue: Oh, Tōga. ¿Que he hecho? Corrí a Sesshōmaru del palacio. Ayúdame. He roto nuestra familia. Nuestra promesa.

Pudo jurar que por un segundo sintió una mano cálida rozarle la espalda.

Eso no la sobresaltó, más bien la reconfortó.

Irasue: ¿Será que desde dónde están los dos... Me están viendo las estupideces que he hecho?

Irasue: Tōga, dime una cosa ¿Estás en el infierno por violar a una niña? (divertida)

Algo cayó del techo del despacho y golpeó la cabeza de Irasue.

Irasue: Ouch. (mira lo que cayó y encontró la bitácora que había estado leyendo cuando la vida de Sesshōmaru peligraba)

Pensamientos de Irasue: Vamos a decirlo, de cualquier manera no creo que pueda recuperar mi sanidad mental. Además de que a él le encantaba molestar.

Irasue: La primera palabra que lea de tus anotaciones será la respuesta... (abre la bitácora en una página al azar, pone su dedo sobre una palabra y lo lee an voz alta) ¿Espada? Oh, por los kamis. Definitivamente solo fue mi imaginación.

Irasue suspiró y se levantó, llevando la bitácora. Por un momento su antigua personalidad había vuelto. Pensó que tenía una forma de comunicarse con su marido.

Comenzó a leer la bitácora. Se sentía bien, un poco mejor, pero a la vez le dolía más el corazón.