Capítulo 77. Convivencia con la humana.

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Irasue evitaba todo lo que podía a la humana, pero le sorprendía la resistencia y persistencia que esta tenía. Tōga y esa humana eran el uno para el otro.

Mientras pensaba eso se asomó por la ventana de uno de los pisos superiores (del edificio 7), pudiendo ver el campo de entrenamiento.

Una Izayoi agotada echaba la cabeza para atrás, para ir a golpear a un Tōga que la esquivó con rapidez.

Pensamientos de Irasue: ¿Por qué pelean? Creí que...

Ella siguió mirando, mientras Tōga detenía un golpe en dirección a la cara de la otra él dijo, cosa que Irasue alcanzó a escuchar:

"Vamos. Debes subir el nivel. No puedes tomarlo tan a la ligera si es enserio que quieres mejorar. Ya no solo estoy bloqueado ataques, los estoy esquivando."

Eso le sorprendió. ¿El rey de los yōkai estaba entrenando a una humana? O, más bien, ¿Una niña humana había tenido el valor para pedirle a un yōkai que la entrenara?.

Irasue: (sonríe un poco) Maldita puta... Parece ser una persona interesante...

Siguió observando por la ventana. Al fin y al cabo eran ellos los que estaban peleando en su ¿Patio?. Tenía todo el derecho del mundo.

La niña se veía cada vez más cansada, después de todo era una humana. Pero Irasue no entendía: ¿Dónde estaba ese poder purificador que parecía que podía hacerle frente al yōki de Inu no Taishō?.

Ella se limitó a observar que pasaba en ese "entrenamiento".

Pensamientos de Irasue: ¿Es mi imaginación o... Tōga es más exigente con ella que con sus propios hijos?

Irasue notó como la humana se iba quedando sin fuerzas Pero seguía dando lo mejor de sí, aunque pareciera desfallecer. Estaba claro que ella quería estar al nivel de Inu no Taishō.

No pudo evitar sorprenderse. Tal vez no sería una mala idea charlar un rato con ella.

Irasue estuvo observando todo el combate. La chica era buena, pero no tanto para tratar de enfrentar a alguien ya experimentado y además un yōkai. Sí que los humanos estaban locos. ¿O solo esa chica?

Cuando la pelinegra ya no pudo más, al atardecer, cayó de rodillas y puso su mano en sus ojos.

Pensamientos de Irasue: ¿Va a llorar? Bha, creía que era más fuer... Tōga ya ví por qué la elegiste a ella.

Pensó, pues miraba como esa humana, después de apartarse el fleco de su frente comenzaba a reír con ganas.

Enserio no entendía a los humanos.
Cuando Irasue se separó de la ventana, sí estuvo tanto tiempo ahí que inconscientemente había recargado sus antebrazos en el alféizar de la ventana, sintió que algo pesado y del tamaño de la Meidōseki chocaba contra su pecho.

Miró y se dió cuenta que no estaba acostumbrada a usar collares.
Miró la Meidōseki, ahora colgando de su cuello. Sí, ya llevaba unas cuantas semanas con esta encima Pero casi nunca le prestaba atención, hasta que, como hoy, golpeaba su pecho.

Bajó y vió cómo unas gemelas sonrientes acompañaban a la humana al cuarto de baño.

No había cambiado el número de cuartos de baño; el de chicos, que podía ser usado por Sesshōmaru y por Tōga pero lo usaba más el menor, el de chicas, que era usado por Suzu, Inoko y ahora por la humana y el de adultos, que era exclusivo para Irasue y su esposo.

Irasue sintió "esos" brazos rodearla y abrazarla por detrás.

Tōga: Ho-la. Ví que nos estabas viendo (ríe un poco)

Mi nombre es Irasue MinayashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora