Capítulo 76. Un pequeño error

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Irasue escuchó el escándalo de la entrada principal. Ella suspiró, los guardias habían detenido a alguien que exigía a gritos entrar. ¿Esa voz? ¿Era Tōga? No, imposible, no se sentía su yōki. A pesar de haberse tratado de convencer la curiosidad le ganó y fue a ver. Y ahí estaba: un humano con las facciones de su esposo, su estola, su armadura, su ropa... ¡¡Todo, incluso el peinado!!

Esos ojos marrón grisáceo oscuro se iluminaron al verla y en su rostro pálido se iluminó una sonrisa, y solo pudo pronunciar un "¡Irasue!"

Irasue: (toma aire para mantener la compostura y no echarse a reír descontroladamente) ¿Tōga? ¿Eres tú?

Tōga: Sísisi. (mira a los soldados) ¿Ven? ¿Qué les había dicho?

Irasue: Mi perrito (se ríe un poco, tapando su sonrisa con su mano) ¿Qué te pasó?

Ella mira a los guardias y les indica que ya se pueden retirar, y ellos vuelven a sus lugares asignados.

Tōga: (se mira el flequillo) Ah, eso... (sonríe y muestra sus manos) Al menos mis garras y colmillos regresaron.

Irasue: (se sorprende) ¿Regresaron? ¿Cómo que regresaron? ¿Y cómo por qué hueles a canela?

Tōga: (ríe un poco) Verás, es de hecho una historia muy curiosa... Además, creo que volveré a la normalidad dentro de poco. Espero.

Irasue: (se sobresalta) ¡¿Cómo que esperas?! (suspira y se tranquiliza)

Tōga: ¿Qué pasó? ¿En qué piensas?

Ella se comienza a acercar de manera provocativa, con una sonrisa maliciosa, y, sin retirar sus ojos de fiera pone su mano sobre el pecho de su esposo, sobre su armadura y se relame los labios con malicia.

Irasue: No es nada... solo que... suela algo interesante pasar... una noche contigo... pero con esa forma... cómo un humano... sí sabes a lo que me refiero... para probar tu aguante...

Irasue vió un poco decepcionada las caras que hacía su esposo, antes de ir a esconderse detrás del trono, solo asomando de su nariz para arriba, y con sus manos en el frío metal que lo adornaba.

Tōga: ¡¡¡ESTÁS LOCA, MUJER!!! ¡¡YA LO HICIMOS DOS VECES!!

Irasue: (entre divertida y decepcionada por la reacción de él) DOS VECES NO SON NADA JAJAJA

Tōga: (se esconde completo detrás del trono) ¡¡¡NI LOCO!!!

Cuando ella se asomó atrás de su trono, se sorprendió a no encontrar a su marido, pero, por desgracia para él, ella NO había sido una imbécil que se había quedado con sus poderes sellados así que tenía su olfato y lo encontró debajo de engawa. Ella se acuclilló, suspirando.

Irasue: Te ves lindo así. Ven, perrito, ven.

Tōga: NO me hables así.

Irasue: Pues te comportas cómo un cachorro. Además, ya tiene cómo quinientos años que no tenemos sexo.

Tōga: Hush. (se voltea para otro lado) Me voy. Vuelvo al rato. O mañana. Te quiero presentar a alguien. Y escaparme de copular.

Irasue: (ríe un poco) Woa que directo. ¿Qué? ¿Quieres conservar tu inocencia? Por que virginidad ya no tienes.

Él se sonrojó. No entendía por qué al volverse humano había perdido su color (y había vuelto a su color primigenio) y maldecía, pues así se notaba más cuando estaba sonrojado.

Irasue: Que lindo te ves así jeje. Bueno (se levanta y se sacude el kimono) No te puedo obligar. Además, tampoco me gustaría embarazarme de nuevo y que tengan tu personalidad. O la mía.

Cuando Tōga estuvo 'seguro' de que ella se había ido (solo se había subido al engawa) salió, y fue sorprendido por su abrazo.

Irasue: Déjame tocar tu cabello (acariciando el flequillo de su esposo y riendo ligeramente)

Él la abrazó y ella correspondió. Cuando él se marchaba notó que llevaba ese sombrero de bambú y una pequeña capa del mismo material, y además había dejado su armadura.

¿A quién iría a ver? Lo descubriría más adelante.

Mi nombre es Irasue MinayashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora