Cicatrices en el pentagrama (GUIDO SARDELLI)

CAPITULO 38: Terminar con esta historia

Cuando el abogado defensor de Alicia y Patricio tomó la palabra, la atmósfera en la sala del tribunal cambió de inmediato. Se levantó de su asiento con una actitud calmada y profesional, caminando con determinación hacia el estrado. A pesar del tumulto emocional que había generado la exposición de los argumentos de mi mamá, el abogado mantenía una compostura imperturbable.

—Señoría, —comenzó el abogado con voz firme y controlada—, hemos escuchado las acusaciones y las declaraciones de la parte acusadora. Es esencial recordar que las palabras dichas acá deben ser examinadas con el máximo rigor y precisión.

Su mirada recorrió la sala antes de dirigirse a la mesa del jurado, donde su tono cambió a uno más persuasivo.

—Mi cliente, la señora Alicia Colmares, ha sido injustamente señalada como la principal culpable en esta tragedia. Las afirmaciones de manipulación y abuso psicológico que se han presentado hoy son, en su esencia, una distorsión de los hechos. La señora Alicia actuó en lo que ella creía eran los mejores intereses de su familia, y su intención nunca fue dañar a ninguno de sus hijos.

El abogado hizo una breve pausa, permitiendo que sus palabras calaran en la sala antes de continuar.

—En cuanto a mi otro cliente, el señor Patricio Sardelli, es importante destacar que se ha intentado hacer pasar a mi cliente como el villano de esta historia, cuando en realidad, ha estado lidiando con la culpa y el trauma de una manera que ni la parte acusadora ni el tribunal pueden comprender completamente. La idea de que Patricio ha manipulado a su hermano menor es un intento desesperado por desviar la atención de la verdadera causa de esta tragedia.

El abogado se dirigió hacia donde estaba Guido, haciendo un gesto hacia él.

—Se ha intentado presentar al señor Guido Sardelli como una víctima de una manipulación que jamás ha existido. La realidad es que cada uno de los involucrados ha enfrentado sus propios desafíos y errores. No se puede ignorar el hecho de que cada uno de ellos ha tratado de navegar una situación extremadamente difícil de la mejor manera posible.

El abogado giró hacia la mesa de la defensa y procedió a presentar algunos documentos y pruebas.

—Aquí presentamos las pruebas de que el señor Patricio y la señora Alicia han estado sometidos a una gran presión emocional y psicológica. Lo que se ha presentado hoy, lejos de ser una verdad absoluta, es una interpretación de los eventos que ignora la complejidad de las circunstancias. Pedimos que se tenga en cuenta todo el contexto y que se considere la posibilidad de que mi cliente no ha tenido el control total sobre los eventos que se le imputan.

Con una última mirada de desafío hacia la parte acusadora y el jurado, el abogado defensor se sentó nuevamente, dejando en la sala un eco de incertidumbre y un nuevo conjunto de argumentos para considerar. La tensión seguía palpable, pero ahora el juicio se adentraba en una fase en la que la defensa intentaría desmantelar las acusaciones y ofrecer una nueva perspectiva sobre los hechos.

El juicio se había transformado en una maratón de testimonios, intervenciones legales y procedimientos protocolarios que parecía no tener fin. Las horas se deslizaron lentamente, cada minuto cargado de tensión y una sensación creciente de agobio. A medida que el día avanzaba, el calor de la sala se hacía más sofocante, intensificando el malestar general.

La mañana había sido un torbellino de emociones y datos; el discurso de mi mamá había revelado información impactante sobre la manipulación y las irregularidades en el caso. Las palabras resonaban en mis oídos, mezclándose con el bullicio de la sala y el susurro constante de los asistentes que discutían entre ellos. Cada intervención, cada argumento presentado por ambas partes, parecía añadir un peso adicional al ambiente, que se hacía más denso con cada minuto que pasaba.