Afuera

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A la mañana siguiente, salió rápido del ático yendo eufórico al laboratorio. Había pasado el día anterior aburrido en el ático, solo pensando cosas tristes y no muy alentadoras. Ahora, incluso si era hacer algo, cualquier cosa, simplemente ya no quería estar en el ático.

Ya en el laboratorio, pudo volver a su forma original y tomó el diario de Ford para entretenerse mientras llegaba. Ford ya iba en el diario y tenía un diario dedicado solo a él. Quería leerlo, pero Ford se lo prohibió. Así que cada vez que lo intentaba, una descarga eléctrica recorría su cuerpo hasta que lo soltaba. Era desagradable.

—Bill, iré a la nave por unos materiales. Quédate con Stanley y haz todo lo que te diga —comentó calmado, tomando su arma magnética y su maleta con equipo.

—Puedo ir. La cabaña es aburrida.

—No, y no dejes que nadie vea tu forma, ni siquiera Stanley —habló serio, a lo que solo me agarré de su brazo, apoyándome en un intento de convencerlo.

—Sere útil. Incluso nos puedo llevar allí en un instante —comenté antes de chasquear los dedos y llevarnos, pero él detuvo mi mano.

—Quiero despejar la mente. Tú quédate aquí. No quiero que salgas. Solo haz lo que te dicen.

—Está bien —hablé en un susurro bastante desanimado antes de volver a una forma humana, aún sin soltarlo.

Era triste que Ford me alejara, pero al menos sabía que volvería de buen humor, o eso esperaba.

—Si pasa algo, me invocarás, ¿verdad? —pregunté mirándolo a los ojos antes de que él acariciara mi rostro de forma amable, acercándose a mí hasta estar a centímetros de mi rostro. Yo todavía esperaba respuesa, así que no aparté la vista y lo seguí abrazando del brazo hasta que se alejó de pronto, gruñendo molesto después de que nuestros labios se tocaran.

¿Por qué se enojó si él era el que se acercaba? No entiendo a los humanos… Él simplemente se fue rápido, dejándome en el laboratorio.

Subí rápido a la tienda buscando al otro gemelo, el cual, en cuanto me vio, me dio un plumero y una escoba y gritó: "¡A trabajar!" Ya estaba acostumbrado y con mis poderes podría hacer eso y más al mismo tiempo, y eso le agradaba a Stanley.

Cuando estuvimos solos, simplemente pregunté al gemelo por qué Ford estaba molesto, a lo que él simplemente se encogió de hombros mientras contaba dinero.

—¿Qué pasa si dos humanos se tocan las bocas? —le pregunté a mi maestro de comportamiento humano.

—¿Alguien tocó tu boca? —preguntó curioso.

—Sixter tocó mi boca con su boca y luego se enojó —hablé, contándole mi confusión.

—Bill, si en algún momento mi hermano hace algo que no quiere... —empezó a decir, pero se detuvo.

Supuse que captó la ironía, puesto que en todo ese tiempo no había pasado algo que yo quisiera. Aun así, trató de reformular sus palabras:

—Si alguna vez te hace daño...

Volvió a pensar cuando yo lo miré con una mueca parecida a la que él hacía cuando no entendía algo. Según entendí, el castigo físico era daño, clavar agujas era daño, encerrarte en un laboratorio era daño… ¿Qué no era daño para los humanos?

Aun así, lo volvió a intentar:

—Solo dime si vuelve a poner su boca en algún lado y no te agrada, ¿bien? —habló ya harto de no poder explicarse antes de acariciar mi cabeza y decirme que podía pasear por la cabaña o alrededor, siempre y cuando no hablara con nadie.

Obviamente, le tomé la palabra. Esta forma humana sentía las cosas como las sentían los humanos, y afuera, los humanos sentían muchas cosas, desde la brisa del viento hasta las picaduras de insectos. Me gusta estar afuera.

Ojalá Fordsy me hubiera llevado con el....

Un trato es un trato (AU Reverse falls)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora