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Apenas abrí el mensaje de Richard, sentí que el estómago me daba vueltas. Rios_6 está escribiendo... Eso no podía ser bueno. Me temblaban las manos mientras lo leía:

— Relájate, no fue pa' tanto. De verdad, tranquila. —escribió, con un emoji sonriente. Pero... si quieres borrar la foto, ya sabes cómo.

¡¿Cómo?! ¿En serio estaba siendo tan casual? ¡Este hombre estaba demasiado tranquilo! Yo, en cambio, casi me desmayo.

— No puedo creer que te haya enviado eso, —escribí de vuelta, sin saber cómo más arreglar el desastre.

— Jajaja, en serio, no pasa nada. Aunque debo admitir, es una foto muy artística. Si necesitas más críticas, me avisas. —y con eso, soltó otro emoji, esta vez uno guiñando un ojo.

¡Dios mío! Me llevé las manos a la cara. No sabía si quería reírme o llorar. ¿De verdad me estaba halagando o solo estaba siendo simpático?

De repente, mi mamá entró a la habitación sin tocar.

— ¡Niña, baja de una vez! ¡Que tu abuela nos está esperando! —dijo, con las manos en las caderas.

— Voy ya, voy ya, mami, —respondí, desesperada por cerrar la conversación con Richard antes de que mi madre viera algo.

Ella me miró con desconfianza mientras yo cerraba el teléfono y lo guardaba en el bolsillo.

— ¿Qué haces tú que no bajas? —preguntó.

— Nada, nada, solo... revisando algo, —mentí, sonriendo nerviosa.

Mi mamá me dio una última mirada antes de salir de la habitación, y yo aproveché para suspirar de alivio. Esto no podía estar pasando. Me puse los zapatos rápidamente, agarré mi bolso y salí corriendo tras ella. Bajé las escaleras sintiendo el teléfono vibrar de nuevo en mi bolsillo, pero lo ignoré. ¡No, no puedo ver más de él ahorita!

Mientras desayunábamos, mi mente estaba en otro lado. ¿Qué iba a pasar ahora? No sabía si Richard lo iba a mencionar de nuevo o si íbamos a pretender que nunca pasó. Pero lo peor era que yo no podía dejar de pensar en su último mensaje, en cómo había intentado suavizar la situación... y en ese maldito emoji que me puso nerviosa.

Cuando finalmente terminamos y salimos de la casa, agarré mi teléfono y vi el último mensaje de Richard.

— Por cierto, el tatuaje está brutal. ¿Dónde te lo hiciste? —escribió.

¿QUÉ? ¿¡Por qué seguía hablando de la foto!? Me mordí el labio, pensando en qué contestar. ¿Le digo dónde?. Bueno, ya estaba metida en esto hasta el cuello, así que decidí seguir el juego.

— En Medellín. Lo tengo desde hace unos meses. ¿Y tú? —le respondí rápido, intentando sonar casual, aunque por dentro estaba que me moría de los nervios.

No pasaron ni dos minutos cuando él respondió de vuelta:

— Lo mismo, lo hice cuando llegué a Brasil. "Tudoo passa", ¿no? Aunque después de lo de hoy, no sé si todo pasa tan fácil, jajaja.

¡¿QUÉ?! Estaba echando más leña al fuego con esa risa. Este tipo me estaba vacilando.

No quería seguir metida en esta conversación, pero también... una parte de mí no quería dejar de hablarle. A ver, no todos los días una tiene la atención de un futbolista como Richard Ríos.

Justo cuando estaba por escribirle algo de vuelta, sonó mi teléfono. Era Jannia.

— ¿Cómo va el cuento con el amigo de mi hermano? —preguntó con tono burlón apenas contesté.

— Niña, me tiene escribiéndole sobre el tatuaje ahora, —dije en voz baja, mientras caminaba detrás de mi mamá, que no se daba cuenta de mi conversación.

— ¿En serio? —preguntó, riéndose. Eso te pasa por estar mandando fotos. ¡Ay, mk, lo que me he reído con esto!

— ¡No me eches más vaina! ¡Estoy que me muero de la vergüenza!

— Tranqui, que el man está suave contigo, —dijo ella, todavía aguantando la risa. Seguro hasta te invita a salir después de esto.

— ¡No digas eso, que me da algo! —contesté, mirando a los lados para asegurarme de que mi mamá no escuchara.

— Bueno, no te pongas brava, mk. Solo digo que si el man sigue hablándote, es porque está interesado.

Ay, Dios mío, no sabía si quería que me dejara en paz o que me siguiera escribiendo. La confusión en mi cabeza era real. ¿Qué quería yo?

— Me avisas si pasa algo más, —dijo Jannia, soltando otra risita antes de colgar.

Miré mi teléfono y ahí estaba la notificación de otro mensaje de Richard. Tomé aire y lo abrí.

— Oye, ¿y qué vas a hacer esta tarde? Si tienes tiempo, podemos hablar más del tatuaje. O de lo que quieras, jajaja. —escribió, seguido de otro maldito emoji guiñando.

¿Qué le digo? Mi cabeza estaba en caos total.

Pues tenía que ir a la casa de mi abuela y estaba muy aturdida así que mejor no le respondí.

Correcto , no le respondí a richard rios

Snapchat - Richard Rios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora