35. EL INCENDIO DE ORO

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Han pasado los días y los ejércitos de Highgarden y los Fuegoscuro ya están marchando hacia Sotodeoro, lugar que es el asentamiento de la casa Rowan cuyo señor es Mathie Rowan. El lord de este castillo ha logrado reunir a cerca de setecientos guerreros para enfrentar a la amenaza que está por llegar a sus puertas.

-Llegaremos en unas horas- Dice desde la montura de su caballo, un guerrero Fuegoscuro a el príncipe Aenar y sus hermanos.

-Perfecto. Que empiecen a preparar las flechas- Ordenó el príncipe.

-Cuándo lleguemos tú te mantendrás alejado, nosotros atacamos desde el cielo cuando hagas la señal- Le dijo su hermana.

-Está bien- Respondió -Según los exploradores, el ejército Tyrell ya está marchando así acá. Deberían de llegar unas horas después de nosotros- Mencionó Aerys quien se unió a la conversación.

-¿Cuantos soldados?- Preguntó su hermana.

-Cerca de cinco mil. No serán gran problema- Respondió.

-Seguramente deben de venir con dragones, así que deben de ser cuidadosos- Afirmó Aenar.

-Estoy de acuerdo contigo hermanito, no nos podemos confiar- Dice la princesa Daenera.

Por parte de los Tyrell y los hijos del rey, estos marchan con prisa para tratar de llegar antes que su enemigo pero no lo ven posible. De los cinco jinetes que acompañan al ejército, tres de ellos están volando con los dragones para vigilar los cielos y el camino mientras que Visenya y Jahaera permanecen en tierra y sus dragones igual en el cielo pero más tranquilos.

-Llegaremos al atardecer, princesa- Dice el nieto del lady Olenna, lord Loras Tyrell.

-Entonces debemos actuar rápido en cuanto lleguemos a Sotodeoro. No podemos perder el castillo- Respondió la jinete de Malok.

-Concuerdo, ya he dado la orden para que los arqueros se empiecen a prepararse y las espadas sean afiladas. Las armas estarán listas al llegar- Dijo el caballero de las flores.

En King's Landing llegan cuervos notificando sobre la situación del ejército marchante de los Tyrell. El rey al saber que sus hijos están próximos a la batalla se pone cada vez más ansioso e impaciente por que esto acabe de la mejor forma posible para sus hijos.

-Ellos estarán bien Rhaego- Le dijo la reina norteña a su rey-esposo.

-Nunca han estado en una batalla, son inexpertos- Respondió mientras caminaba de un lado al otro con preocupación e impaciencia.

-Deberías calmarte, son tus hijos. La batalla corre por sus venas- Afirmó la reina Ellaria.

-¿Acaso ustedes no se preocupan?- Dice con cierta fuerza y enojo en su voz.

-Claro que nos preocupa. Viserys y Visenya son nacidos de mi vientre, Jahaera y Laena lo son de Ellaria y Lucerys lo amamos tanto como si fuera hijo de nuestra sangre. Pero desesperarnos no ayudará en nada- Le dijo Lyanna al rey mientras lo detenía y miraba fijamente a los ojos para tratar de calmarlo un poco.

-¡Agh!- Exclamó el rey y se retiró de la habitación, llegando al templo del fuego, lugar que construyó y en el cual estás los cráneos de todos los dragones Targaryen desde la conquistas hasta la actualidad junto con los restos de sus jinetes y en el que suele meditar el y sus hijos ya que ahí encuentran algo de calma. Al llegar a las puertas es visto por Daeron que lo sigue para ver que tiene y calmarlo.

-Entiendo que estes preocupado, pero eso no los ayudará en nada y no te hace bien- Exclamó el príncipe Fuegoscuro.

-Son mis hijos Daeron y estoy preocupado por los que les puede pasar- Respondió desesperado.

EL RENACER DE LOS DRAGONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora