Sollozaba fuertemente, mis pensamientos danzaban de un lado a otro y sentía el dolor en mi pecho más fuerte cada que los segundos pasaban. Todo a mi alrededor se desmoronaba, mi corazón crujía y supe que no podía recogerlo.
Había caído una vez más.
Lo extrañaba. Nunca entendí y jamás entendería cómo fue que me marcó tanto, dejó una huella tan visible, como si hubiese quemado mi piel, cada rincón de ella, sin embargo, no hubo medicamentos para que sanaran.
Recordarlo era como abrir una herida llena de saturas. No quería
cerrarla, me sentía tan estúpida, ¿cómo fui tan tonta de no valorarlo? Se fue, se fue sin que pudiera demostrarle cuanto lo
amaba, cuanto lo necesitaba, lo agradecida que estaba con él.
Jamás oyó de mi boca lo tan dispensable que era para mí. Quería sujetar su mano de nuevo, danzar entre las melodías mientras reíamos y sus carcajadas eran el cebo de mi amor, recordaba sus ojos achicarse cada que sonreía, cuando realmente lo hacía y era feliz.Porque Luke Howland fue feliz conmigo.
-Perdóname por no saber tratarte...
Y me odiaba, me odiaba tanto que no podía perdonarme, Luke había sufrido mucho, había crecido tan rápido y su inocencia fue arrebata, el adolescente que fue no disfrutó de su etapa, no lo supieron amar y me odiaba por ello, porque quizá él se aferraba aún más a mí porque se sentía querido, se sentía bien y yo nunca pude corresponderle sino fue hasta los últimos meses.
Los últimos que creímos eternos.
"No importa, de todo modos yo ya soy un caso perdido."
Lo ahogué al principio, lo había dañado y jamás le pedí un perdón
que realmente merecía, ¿cómo fue que él dio tanto por mí cuando
aún no le correspondía? ¿Cómo era que podía seguir de pie con la
vida tan miserable que llevaba?
Admiraba su fortaleza.Siendo el ser más roto que había conocido, seguía siendo fuerte.
Mi llanto se hizo más fuerte y sentí que dejaba de respirar, maldita
sea. Desde ese momento tuve que darle mi apoyo, él me necesitaba
y yo lo pasé por alto. Dejé que el ángel siguiera con el ala rota, aún
teniendo la duda de que le pasaba algo.Hice de todo para saber de él, entré en su vida, dejé que me amara y agarrara esperanzas de mí, Luke me tomó como su única opción de seguir. Su corazón quizá había dejado de latir, pero tomó el mío y siguió solamente porque yo lo hacía.
"No puedes entrar en la vida de alguien. Hacer que te quiera y
luego marcharte. Esas cosas no se hacen, Everdeen. Mucho menos cuando entras para darles esperanzas a su patética vida."Grité todo lo que pude sintiendo mi garganta doler. Tenía tiempo que no lo hacía, Neisan no me dejaba, pero hoy podía hacerlo, mi madre no estaba en casa, quería desahogarme, patalear y odiar cada segundo de mi existencia por no tenerlo a mi lado. Por ser tan
cobarde e inmadura para no enfrentar las cosas cuando
comenzaron a ir mal.«Y entenderás de la peor manera que no todo es para siempre.»
Luke había sido eso. La peor manera, la más dolorosa e inolvidable. Dijimos tantas oraciones con la palabra para siempre que nunca
nos dimos cuenta de lo poco que aquello iba a durar, había acabado
de una forma tan indócil.
Nuestros caminos se había separados y yo aún no quería aceptarlo. No podía decirle adiós a una persona que fue tanto para mí. No cuando aquella palabra significa demasiado. No lo quería olvidar. Aún despertaba con las esperanzas de que él estuviera a mi lado, con el cabello despeinado y esos ojos azules eléctricos que
erizaban cada vello de mi cuerpo. Aquella voz que alguna vez creó
revoluciones en mi interior.
Él pudo inquietar y apaciguar mis emociones a la vez.
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Promesas Rotas
Teen FictionUna chiquilla escuálida llegando casi siempre tarde a sus clases con una mancha de pasta dental en su blusa, entra a la vida del chico como un rayo de luz en la habitación más oscura. La penumbrosa estela ilumina el cielo para ambos enseñándole un...