Contenido +18Igual lo van a leer.
Draven
La madrugada pasó rápidamente. El reloj marcaba las dos de la mañana y Ada seguía a mi lado. Aunque estaba decidida a ir a su habitación, logré convencerla de que se quedara a dormir conmigo. Ya nos habíamos acomodado y, de hecho, ya me había puesto el pantalón de algodón.
—No, tu debes dormir acá, donde estás, es mi espacio— la regañé mientras que ella hizo caso omiso porque ya se había acomodado en mi lado izquierdo de la cama que quedaba cerca de la ventana.
—Solo será esta noche, además me quedé con la condición de dormir en este lado— replicó acomodando de lado con su rostro hacia a mi mientras que yo me quedé sentado esperando que hiciera caso.
—Tienes dos segundos, para moverte— le señalé molesto el lado de la cama.
Ignorando mi orden, me ofreció un espectáculo. Su silueta destacaba con esas pequeñas curvas que tanto me encantaban, esas piernas contorneadas y sus delicados brazos que inconscientemente cubrían lo que más he deseado ver, sus pechos.
Esta vez, me costaba lidiar con ella. No sabía qué hacer, me faltaba la sensibilidad necesaria para hablar con una mujer, especialmente con Ada.
Mi rutina y posición social consistían en dar órdenes, reunirme con los generales, con el rey, elaborar estrategias de defensa y fortaleza para nuestra nación. Por lo tanto, tratar a una mujer con delicadeza me resultaba imposible. No estaba acostumbrado y ni me interesaba. La mujer que tenía que estar a mi lado debía acoplarse a mi y punto. Desde pequeño, nunca fui educado para dar amor, sino para infundir temor y respeto. La palabra emociones y sentimientos no existían en nuestro vocabulario.
Hay excepciones.
Ada, era un bosque que tenía muchos matices.
Terca.
Necia.
Dulce.
Insípida.
La primera mujer que no bajaba la mirada, ni se intimidaba ante mi. Eso fue lo que llamó mi atención por primera vez.
Ella me sonríe acurrucándose como un gato loco con mi almohada lanzando una mirada que comunicaba que había ganado y no se equivocaba. Me deleité observando sus pequeñas facciones, esos ojos grises que ahora tenían un brillo inusual.
—Bésame— le exigí y ella respondió tímida, un poco dudosa, pero igual ella se levantó de rodillas acomodándose en horcajadas nuevamente y me besó despacio con una dulzura que no estaba acostumbrado a recibir, sin embargo me agradaba un poco.
El camisón de ella me impedía acariciarla completamente, así que la levanté un poco por la cintura. Ella se movió rápidamente, asustada, como si hubiera pensado que iba a quitárselo. La verdad es que tenía ganas de hacerlo desde que entró.
—Aún no estoy preparada para eso.
Era mi turno de sonreír y acercarme a su cuello, listo para dejar allí mis besos. Me encantaba cómo se estremecía al sentir mis labios en ese lugar tan delicado. El aroma de manzanilla de su cabello llegaba a mi nariz constantemente llenando mi adicción.
—No haré nada que tu no quieras hacer.
Ada acarició mi cabello agarrándolo al sentir mi pequeña succión que dejé en su cuello. Se movió encima de mí despertando mi miembro.
—No te muevas mucho—acaricié sus muslos apretándolos un poco.
—Ya lo noté— dijo apenada.
—¿Qué notaste?
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Ada (Máscara de secretos)
Mystery / ThrillerElla era fabricante de máscaras desde que tenía uso de razón. Él era un rey temido que ha mantenido oculto su rostro. Nadie lo ha visto. Se dice que tiene una gran cicatriz, otros comentan que nació con una deformidad. Pero en este mundo todos ocu...