Ada—Dije que te fueras de aquí— repliqué molesta.
Por suerte, ya me había limpiado las lágrimas para no mostrar ninguna debilidad ante él.
No era de las chicas que lloraba por sentir que me lastimaron, lloraba por enojo, por rabia de mi misma.Me molestaba que él estuviera tan tranquilo, como si nada hubiera pasado, como si sacarme como una rata de ese lugar le hubiera causado la mejor satisfacción del mundo.
—Vine a firmar mi acuerdo de paz —comentó, acercándose a mí y manteniendo la calma en su ser.
—Ya no más. Así que da la vuelta y regresa por donde viniste— le señalé con mi dedo índice en el medio de su pecho, su altura era intimidante e imponente, pero no iba a permitir ponerme nerviosa, esta vez ya no dejaré pasará.
—Debes escucharme.
—Ya no quiero escucharte, te apareces molesto en esa feria, sin darme tiempo a explicarte, ¿Por qué crees que yo debería hacerlo?. Me privas de mi libertad, tú no eres mi padre— lo miré muy molesta, pero mantenía la firmeza en mi voz.
—Entiende que no puedes salir, si me hubieras dicho lo habría buscaría la forma de cuidarte.
—No me permitirías salir.
—Si lo haría hasta te hubiese acompañado— dijo esta vez calmado.
Lo miré fijamente buscando en su mirada la mentira.
—Si hubiera sido así, nos habríamos quedado en esa feria, en vez de montar un espectáculo con tus tropas que solo hicieron asustar a las personas—le reclamé.
—Como no tenías permiso, era evidente que te iba a regresar al palacio.
—No debo pedirte permiso.
—Es el reino de Darian, son nuestras reglas y aquí por desgracia para ti debes cumplirla al pie de la letra. Agradece que él no se haya dado cuenta de tu ausencia.
—Claro, debo temblar de miedo.
—¡Entiende que Allan quiere capturarte!— alzó la voz ya cansado y quejándose de nuestras discusiones.
Me quedé quieta al escucharlo. Sorprendida, pasmada por dicha confesión.
El corazón se me detuvo por un instante y sentí como una presión en el centro subió y bajo dejándome helada. Intenté articular alguna palabra, sin embargo Draven no me dio tiempo.
—Allan, es tu padre. No vine a disculparme en decirte la verdad. Estoy tratando de ser lo más sutil posible contigo. Meses atrás te estaba investigando y descubrí que eras hija biológica de ese imbécil. Te tiene amenazada con secuestrarte. Y Ada te lo estoy afirmando, y quiero que me digas la verdad— me miró severo esperando un asentamiento afirmativo.
—Si, Me tiene amenazada que si no le entregaba una mensualidad me iba a vender como una prostituta— dije un poco afligida al recordar las amenazas que leí a través de sus cartas.
—Envié a Tristán a investigar tu taller y ahí encontró las cartas de amenaza— soltó un suspiro molesto—Recibiste una última carta de parte de él hace una semana.
—¿Qué dijo?— pregunté asustada.
—Ya se enteró que no estás fabricando máscaras— se limitó a decir y sacó de su bolsillo el papel doblado y me lo entregó
Ni siquiera tenía ánimos para leerla, ni mucho menos para pensar en mi futuro y en la desgracia que venía para mí. La rara sensación permanecía en el centro de mi pecho como una pesadez que necesitaba ser liberada.
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Ada (Máscara de secretos)
Misterio / SuspensoElla era fabricante de máscaras desde que tenía uso de razón. Él era un rey temido que ha mantenido oculto su rostro. Nadie lo ha visto. Se dice que tiene una gran cicatriz, otros comentan que nació con una deformidad. Pero en este mundo todos ocu...