𝐝𝐢𝐞𝐳 𝐝𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬. || 𝐠𝐮𝐢𝐝𝐨 𝐚𝐫𝐦𝐢𝐝𝐨 𝐬𝐚𝐫𝐝𝐞𝐥𝐥𝐢

10.

Escuchamos cómo alguien más entraba a la cocina.

— Aww, ¿ya se arreglaron? —escuché la voz de mi pareja y me alejé de golpe del abrazo.

— Sí, amor. —Lo miré y sonreí—. ¿Querés ayudarme a preparar la mesa?

— Bueno, dale. —Sonrió él también y agarró los platos mientras yo tomaba lo otro. Por una parte, me sentía mal por haber faltado al egresado debido al asunto familiar y dejarlo plantado. Habían miles de cosas que me vinieron a la cabeza, pero, para ser sincera, me gustó mucho la madurez que tuvimos al hablarlo y habernos perdonado.

Acomodé las cosas en la mesa y miré a mi novio con una sonrisa. Todavía no debe de caer lo que está pasando. Para él debe ser cosa de otro mundo esto, pero para mí es normal. Mis amigos del pasado.

Terminé y fui con Gastón al lado de la parrilla.

— Te extrañé, Gastón bruto. —Reí y él sonrió.

— Aunque no lo creas, mi hermano estuvo mal algunos meses. Es un tarado, discúlpame.

— ¿En serio? Bueno, pero a mí me pasó de todo después de ese viaje de egresados, por cosas familiares, claro. Aunque a veces me hacía la cabeza por las cosas que él me dijo en la pelea.

— Ya se arreglaron, ¿no? Por lo que dijo tu novio.

— Ay, ese Facu, tan alegre. Lo amo con todo mi corazón.

— Se nota demasiado cuánto te ama. Por cada cosa que vos hagas, él se siente orgulloso.

Me apoyé en la pared.

— Y yo también soy así con él.

En ese momento, Pato se acercó con una sonrisa curiosa en el rostro.

— Cami, ¿y cómo va tu trabajo como psicóloga? ¿Te está yendo bien?

— La verdad es que piola. se disfruta más cuando estudias algo que te gusta. Aprendo algo nuevo cada día y me encanta poder ayudar a las personas, algo que me gustó siempre fue escuchar a los demás..  La psicología siempre me interesó, y después de todo lo que pasé, quise dedicarme a eso.

— ¿Y cómo te sentis al trabajar con pacientes? difícil?

— Sí, a veces puede ser complicado. Hay días en los que siento que no llego a ayudar lo suficiente, pero trato de darlo todo. Cada historia es única y hay que saber escuchar y comprender.

— Eso es lo que más se necesita: empatía. Estoy seguro de que haces un trabajo excelente Camila.

— Gracias, chicos. Aprecio mucho su apoyo. —Sonreí, sintiendo un calidez en mi pecho.

Facundo, que había estado escuchando la conversación, intervino.

— habla de tus pacientes dale.

Me reí nerviosamente.

— Bueno, no puedo entrar en detalles por razones de confidencialidad, pero a veces hay situaciones que te impactan y decías fua, te hacen reflexionar un poco.

—despues quieren que toquemos algo para ustedes?

——uhh si dale.

Mientras estábamos todos sentados alrededor de la mesa comiendo, la conversación se tornó más ligera y divertida. Pato, con curiosidad, decidió indagar un poco más sobre nuestra relación.

— Cami, contanos un poco sobre tu relación con Facu. ¿Cómo se conocieron? —preguntó Pato.

Facundo se sonrojó un poco, pero sonrió al ver que la atención se centraba en nosotros.