08.

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POV CAMILA.

2017.

Me bajé del micro rápido para no cruzarme con Guido y me subí al auto de mi papá.

— Hola —dije mientras lo saludaba y acomodaba mis cosas en el asiento de atrás.

— ¿Todo bien, hija? —preguntó mi padre, y levanté los hombros.

— Me peleé con Guido. Cortamos la amistad. Para ser sincera, me dolió mucho lo que hizo. —Apoyé mi cabeza en el vidrio de la ventana y miré el camino.

— ¿Qué hizo?

— No importa... —suspiré y miré el camino, agarrándome las manos porque empezaba a sentirme ansiosa.

— Antonia. —dijo mi papá mientras paraba en una YPF. Era muy rara vez que él me llamaba por mi segundo nombre. —Bajate que vamos a tomar algo. —ordenó él, hice caso y me bajé. Decí que para volver del viaje me vestí algo decente.

Él estaba pidiendo mientras yo estaba sentada en nuestro lugar afuera. Me quedé leyendo algo en Twitter sobre lo que era la moda hoy en día. Después de un rato esperando, volvió mi papá con el pedido. Sonreí levemente y agarré lo que era mío.

Yo empecé a comer y mi papá se me quedó mirando.

— Sabés que Guido cumple en unos días, ¿no? ¿Qué vas a hacer? —preguntó mi papá y suspiré.

— No sé. Yo ya no quiero seguir siendo su amiga. Ya me aguanté bastantes cosas de él. Que estuvo con mi hermana... —dejé el sándwich en el plato mientras lo miraba—. Si tiene algo que decirme, que me lo diga el día del egreso. Después de eso no quiero saber nada de él.

— ¿Vos lo veías como un amigo o lo veías como que te gustaba? —me seguía mirando y miré para otro lado—. A vos de verdad te dolían las cosas porque él era tu amigo o porque era el chico que te gustaba? No sé qué fue lo que te hizo, pero tendrías que escucharlo.

— Yo no quiero escuchar nada de él, porque encima tiene excusas de mierda. Lo que hizo fue gravísimo e imperdonable. Que se vaya a la mierda él. Aunque él me gustaba, yo lo veía y trataba como un amigo, hasta ahí. Como dije, si tiene algo que decirme, que me lo diga en diez días. —dije y mi papá se quedó en silencio un buen rato.

— Antonia, el tío Juan está internado y puede que no se salve. —dijo mi papá y me quedé en shock. —Le conté a tu mamá sobre la situación y dijo que tenemos que ir a Mendoza. Tenemos que estar ahí y hacerle compañía al tío. Mamá dijo que vayamos en algunos días para Mendoza y que nos quedemos ahí toda la vacaciones de verano. No vas a poder asistir a tu propio egreso. Ella se va a encargar de hablar con la preceptora.

Creo que fue un golpe totalmente inesperado. Mi tío era lo que más quería en el mundo, mi segundo padre por así decirlo. La noticia me dejó dura por completo.

Lo miré y asentí a la idea de ir. No quería ni siquiera pensar en eso, así que solo seguí comiendo en silencio.

———

Pasaron unos días, y había recibido un mensaje de Vanesa mandándome una captura donde yo le decía lo de los maquillajes. Me sentí tonta; Guido tenía razón con el tema de que yo había tomado tanto, al punto que borré la conversación con Vanesa y la dejé como una chorra con él. Aunque no lo iba a perdonar, lo que dijo de mí, de que lo tenía harto y cansado, me dolió mucho porque no me lo esperaba para nada.

Venía durmiendo para el culo, y sí... ¿cómo estarías al saber que la persona que estuvo ahí toda tu vida, te aconsejó en todo, está a punto de irse?
Salí a la vereda y me encontré con Vanesa con una bolsa.

𝐃𝐢𝐞𝐳 𝐝𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬. || 𝐆𝐮𝐢𝐝𝐨 𝐀𝐫𝐦𝐢𝐝𝐨 𝐒𝐚𝐫𝐝𝐞𝐥𝐥𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora