Dos mejores amigos de la secundaria, que estaban inseparablemente unidos por un asunto algo absurdo, terminaron distanciándose. Años después, se reencuentran, pero uno de ellos se lleva una sorpresa.
"𝐫𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝é 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐫𝐭...
Ambos bajaron del segundo piso y se dirigieron al patio, donde una mesa libre los esperaba. Se sentaron uno al lado del otro.
- Cami! -llamó Nicolás, mirándola con una sonrisa de oreja a oreja-.
- Me había perdido en tu casa, perdón, es demasiado grande -mintio Camila. Guido, a su lado, colocó su mano de forma casual en el muslo de Camila, un gesto que no pasó desapercibido.
- Justo me la encontré por los pasillos y decidí ayudarla, pero bueno, si quería perderse un rato, la hubiera dejado ahi -bromeó Guido, riendo mientras la miraba con una sonrisa pícara.
Los chicos comenzaron a hablar sobre la trayectoria del club River Plate, y aunque Guido seguía prestando atención a la conversación, su mirada estaba fija en Camila, con un brillo travieso en los ojos. Ella, concentrada en lo que decían, no podía evitar sentirse un poco nerviosa bajo su atención.
Guido se inclinó hacia Camila y, en un susurro, dijo mientras acariciaba suavemente su pierna: - ¿Por qué no nos vamos? No me interesa escuchar la historia del equipo enemigo de mi Boca de corazón. Quiero ir a casa y jugar con vos. -El rubio mordió su labio inferior con picardía, dejando claro que sus intenciones eran más que una simple conversación.
Camila lo miró, sintiendo que la propuesta era tentadora. - Vamos a mi casa -respondió, levantándose con decisión.
Después de despedirse de todos, Camila se subió al auto de Guido y se acomodó en el asiento, mirando por la ventana mientras el paisaje pasaba.
- ¿Otra vez querés solo sexo? -preguntó Camila, con un tono juguetón mientras observaba cómo Guido manejaba.
Guido soltó una risa, sin dejar de mirar al frente. - No todo es sexo, Cami. Solo quiero estar acostado con vos mirando tele. Una de las cosas que más me gustó hace unos años fue estar al lado tuyo mientras mirabamos películas.
- Me acordé de que en mi casa tengo un disco, podemos ver fotos viejas -sonrió Camila, entusiasmada por la idea de revivir esos momentos compartidos.
- joya...Sí, me interesa -respondió Guido, mientras giraba el volante y entraba en la casa de Camila. Una vez estacionados, ambos se bajaron del auto.
Camila abrió la puerta de su casa, Se dirigió al salón y se sentó mientras Guido la seguía, observando cada detalle del lugar.
- ¿Dónde guardas esos discos? -preguntó Guido, mirando a su alrededor.
- En la sala de estar, junto a la televisión -respondió Camila, levantándose para ir a buscarlos. Guido la siguió.
Una vez que encontró el disco, se sentó nuevamente junto a Guido y empezo a pasar las páginas por la tele. Las risas y anécdotas comenzaron a fluir mientras recordaban viejos momentos. La nostalgia llenaba el aire.
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