Los minutos se deslizaron entre las dos, hasta que un leve carraspeo de Ruslana las hizo volver en sí, obligándolas a tomar algo de distancia. Cuando finalmente se separaron, sus frentes se quedaron apoyadas y sus alientos aún entrelazados, rellenaban el silencio que las rodeaba. Chiara abrió los ojos y los fijó en los de Violeta, sin necesidad de decir nada más, pues en ese instante no había miedo, ni dolor. Solo la certeza de que, juntas, podían enfrentar lo que viniera.
*
El ambiente en la habitación, tras el emotivo reencuentro, era una mezcla palpable de alivio y cansancio acumulado. Chiara, aún recostada en la cama, sentía el peso de todo lo sucedido oprimiendo su pecho, como si los recuerdos y la angustia aún la mantuvieran atrapada.
Alzó la mirada para encontrarse con los ojos de su madre, que brillaban en una ternura que solo Emma podía ofrecer, mientras acariciaba su cabello y entrelazaba los dedos con los suyos. El calor de esa mano, que tantas veces la había consolado, ahora traía un pequeño respiro en medio del torbellino de dolor.
Hacía escasos minutos que se habían quedado solas en la habitación. Violeta y Ruslana acababan de salir para recibir Alex, recién llegado al hospital, y madre e hija se habían quedado en un silencio para nada incómodo analizando el gesto de la otra. Llevaban algo menos de un año sin verse cara a cara, y pese a que habían mantenido un contacto cercano a través de mensajes y alguna que otra llamada, la tensión podía respirarse entre las dos.
-Mum... - la voz de la menorquina tembló en apenas un susurro.
- It's ok, honey...
- No it's not... -dijo, sacudiendo la cabeza levemente-. I'm sorry, yo... debería haber ido a verte a Newcastle.
Emma miró a su hija con ternura y apretó su mano, negando con la cabeza.
- No podías hacerlo... era demasiado duro para ti. Igual que yo no podía volver a España... por miedo.
- Pero allí estábamos a salvo... allí podríamos haber...
- Chiara, allí habría pasado lo mismo. Exactamente igual que lo que pasó las navidades pasadas. Tú necesitabas olvidar esas calles y yo necesitaba cambiar radicalmente de ambiente.
La expresión de la inglesa se tensó al recordar las fiestas de aquel año. Habían intentado disfrutar las Navidades, pensando que después de tantos años podrían tener una celebración tranquila, lejos de los fantasmas del pasado. Pero en lugar de ser una celebración, esas fechas se convirtieron en un infierno más, igual o peor que todas las anteriores.
- Es que... cada vez que pienso en Newcastle solo lo veo a él -confesó notando como su voz se quebraba en cada palabra-. Y no puedo... no puedo olvidar lo que pasó.
Emma sintió una punzada de dolor al escuchar eso. Sabía exactamente de lo que hablaba. Ese hombre, había dejado una cicatriz tan profunda en ambas que costaba imaginar un día en el que pudieran estar en paz.
- Lo sé, cariño... lo sé -murmuró la rubia, apretando la mano de su hija con más fuerza, dándole el valor para continuar-. ¿Quieres hablar de ello?
Chiara fijó su vista en el ventanal de la habitación y tomó aire, buscando fuerzas para seguir hablando. No había tenido el valor de enfrentarse a esos recuerdos en mucho tiempo, pero ahora, sentía que tenía que hacerlo, que tanto ella como su madre merecían cerrar de una vez por todas la herida que llevaba tantos años abierta de par en par. Quizás hablar de ello las ayudaría a sanar.
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Valium | KIVI
FanfictionChiara, una farmacéutica profesional y dispuesta a la que el mundo se le pone patas arriba por una pelirroja sin receta. ⚠️ +18 (incluye contenido explícito y lenguaje soez)