Cita de cuatro

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Anthony 

No sé qué era más insoportable, la presencia de Lord Knight caminando con una de las jóvenes más admiradas de Londres, o el hecho de que él parecía perfectamente cómodo, mientras que yo apenas podía soportar la tensión que me recorría el cuerpo. Cada vez que miraba de reojo a Seraphina, tan cerca de mí, y recordaba los momentos que habíamos compartido, me sentía atrapado en una maraña de emociones.

"Divertido", había dicho Knight. Para él, quizá. Para mí, esto era una tortura.

Mientras caminábamos juntos, los cuatro, el silencio incómodo entre Seraphina y yo era evidente, aunque tratábamos de mantener las apariencias. Lord Knight parecía disfrutar del paseo, charlando animadamente con Lady Amelia, quien reía ante cada comentario ingenioso que él hacía. De vez en cuando, Knight se giraba y nos lanzaba alguna mirada, como si estuviera evaluando lo que había entre Seraphina y yo, o simplemente disfrutando del espectáculo que éramos.

Mi mano rozó la de Seraphina en un momento, y todo mi cuerpo reaccionó como si una descarga eléctrica me hubiera recorrido. Quería decirle algo, cualquier cosa, pero las palabras se me atoraban en la garganta. Lo único que tenía claro es que no quería que Knight la cortejara. No quería que ella acabara en brazos de otro. Pero tampoco podía ignorar lo que Seraphina había dicho: necesitaba aclarar mis sentimientos, y no podía seguir reteniéndola mientras yo me encontraba tan confundido.

"¿Por qué demonios dije que sí a este paseo?", pensé con frustración. Cada paso al lado de Knight solo me hacía sentir más vulnerable, como si él estuviera ganando terreno mientras yo lo perdía.

Cuando Knight volvió a lanzarme una mirada cómplice, su sonrisa era casi maliciosa. Estaba jugando, lo sabía. Y lo peor es que él, de alguna manera, ya había entendido lo que yo mismo me negaba a aceptar del todo: Seraphina era más que una amiga para mí.

Pero, ¿cómo podía ser tan egoísta? No podía pedirle que esperara mientras yo descifraba mis propios sentimientos. No después de todo lo que había pasado entre nosotros. Pero verla allí, tan hermosa en el vestido que yo mismo le había regalado, con su tarjeta de bailes abierta para otros pretendientes, me destrozaba por dentro.

Lord Knight inclinó ligeramente la cabeza hacia mí, con una sonrisa de satisfacción en el rostro.

—¿Sabes, Bridgerton? —dijo con un tono despreocupado—, a veces es mejor dejar que las cosas sigan su curso natural. Al final, todo se revela a su debido tiempo.

Sabía a qué se refería. Y me mataba saber que él estaba dispuesto a esperar por Seraphina, mientras que yo seguía atrapado en esta maraña de emociones sin resolver.

"¿Divertido?", pensé de nuevo, con amargura. "Esto es un infierno."

Seraphina

El paseo continuaba, y aunque intentaba mantener la calma, la tensión entre todos nosotros era evidente. Cada vez que Anthony rozaba mi mano o me dirigía una mirada, un cúmulo de emociones se agitaba dentro de mí. Trataba de concentrarme en las palabras de Lord Knight, quien era encantador y ameno, pero mi mente siempre volvía a Anthony. ¿Cómo no hacerlo, cuando él estaba justo a mi lado, tan cerca, pero tan lejos?

Lady Amelia, a su lado, parecía disfrutar de la atención de Lord Knight, aunque notaba cómo sus ojos se desviaban hacia Anthony de vez en cuando, quizás evaluando la dinámica entre él y yo. Había algo en su mirada, una chispa de malicia apenas disimulada, como si supiera más de lo que dejaba entrever.

Y entonces, ocurrió. Justo cuando estaba empezando a relajarme un poco, Lady Amelia abrió la boca para hacer un comentario que me dejó helada.

—Seraphina, querida, ese velo que llevas siempre... es tan... misterioso. —Sonrió, pero su tono tenía un filo que no pasaba desapercibido—. ¿No te resulta incómodo a veces? Digo, especialmente cuando... intentas hacer amigos nuevos. Algunos podrían... no entenderlo.

PAUSADA: La dama enmascarada (Anthony Bridgerton)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora