Seraphina
Después de aquel día en la casa de los Bridgerton, no volví a ver a Anthony durante varias semanas. Era casi como si hubiéramos hecho un pacto silencioso de mantener la distancia, de evitar una confrontación inevitable. O quizás simplemente ambos teníamos miedo de lo que habíamos sentido, de lo que habíamos compartido. No lo sé con certeza. Lo único que sé es que no podía. No podía seguir viéndolo como antes, no cuando nuestros encuentros se habían vuelto tan intensos, tan cargados de emociones que apenas podía manejar.
Nuestra amistad, lo que quedaba de ella, se estaba volviendo insostenible. Necesitaba sentir sus labios, sus caricias, terminar aquello que un día empezamos pero nunca concluimos. Pero también sabía que no podía permitir que esas emociones me consumieran. No quería hacerme daño. No quería que él fuera la razón de mi sufrimiento si al final solo podía ofrecerme una amistad.
He estado viendo a Lord Knight con más frecuencia en estas semanas. Al principio, solo era un intento de distraerme, de apartar mis pensamientos de Anthony, pero con el tiempo he comenzado a conocer mejor a Lord Knight. Es mucho más que la reputación que le precede. Es encantador, de una manera relajada y genuina que me ha sorprendido. Puede ser un hombre de mundo, con fama y presencia, pero cuando está conmigo, parece realmente interesado en conocerme. Habla con elocuencia, me escucha con atención, y aunque no tiene la misma profundidad emocional que Anthony, he llegado a disfrutar de su compañía. Quizás no lo amo, pero... ¿es el amor lo único que importa en un matrimonio? ¿Podría alguien como Lord Knight ser suficiente?
Estaba en mi habitación, inmersa en esos pensamientos, cuando escuché la voz de mi padre desde el pasillo.
—Seraphina, Lord Knight ha venido a verte —dijo con una sonrisa cálida en la voz—. Está abajo, esperándote para dar un paseo.
Me levanté de la silla, ajustando el velo que había vuelto a usar más regularmente estos días, y bajé las escaleras con un extraño nudo en el estómago. Allí estaba Lord Knight, tan impecable como siempre, con una sonrisa segura y una mirada que irradiaba confianza.
—Seraphina —dijo inclinándose cortésmente cuando me acerqué—, qué placer volver a verte. ¿Te apetecería dar un paseo? El clima es magnífico, y pensé que podríamos disfrutar del día juntos.
Acepté con una sonrisa, y pronto estábamos caminando por el jardín de mi casa. El sol de otoño era suave, y la brisa que nos rodeaba traía consigo el aroma de las hojas recién caídas. Todo parecía en calma, casi perfecto, y por un momento, dejé que la paz del entorno me envolviera.
Lord Knight, como siempre, fue encantador durante todo el paseo. Habló de sus viajes, de las tierras que había visto, de los negocios que estaba gestionando. Era fascinante escucharle, su voz era agradable, y sus historias lo suficientemente interesantes como para mantenerme cautivada. A menudo, me sorprendía mirándole, viendo algo más allá del hombre que había conocido en los eventos sociales. Había una nobleza en su porte, una seguridad que no parecía arrogancia, sino más bien confianza en sí mismo.
—No te he preguntado, Seraphina —dijo, deteniéndose en un claro del jardín, donde el sol brillaba con más fuerza—. ¿Cómo te encuentras estos días? Me preocupa que te hayas sentido abrumada por... mi cortejo. No quiero imponerte nada, pero debo ser honesto: quiero que sepas que, aunque sé que hay otro caballero en tu vida, estoy dispuesto a luchar por tu atención. Mereces que alguien lo haga.
Sus palabras me sorprendieron. Había una sinceridad en su tono, una vulnerabilidad que no esperaba de alguien con su reputación. ¿Era posible que Lord Knight realmente sintiera algo más profundo por mí? ¿O simplemente era su naturaleza, siempre queriendo ganar, siempre queriendo ser el primero en todo?
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PAUSADA: La dama enmascarada (Anthony Bridgerton)
Hayran KurguSeraphina Bennet, oculta tras un velo y marcada por su pasado, despierta el interés del vizconde Anthony Bridgerton, el único hombre que se atreve a sostener su mirada. A medida que su conexión se profundiza, ambos desafían las normas sociales y des...