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El sol hizo su gran presencia cuando la luna finalmente se fue a dormir. Las 5 de la mañana era la hora en que muchas personas se despertaban, mientras que para algunos la idea de que eso sucediera era completamente imposible. En la casa de los Takeda reinaba el silencio, el baño estaba vacío y también las habitaciones de invitados. La única indicación de que alguien estaba despierto era la única luz del escritorio que estaba encendida, lo que permitía una pequeña iluminación en la sala de la oficina.
Y/n suspiró. Había estado trabajando en la presentación durante más de 24 horas. Sabía que había un error, pero no podía encontrar dónde estaba ubicado. Revisar el diseño de todos sería algo demasiado complicado en su situación. Habían pasado 3 horas desde que se despertó e intentó terminar su trabajo y, sin embargo, no pudo. Frustrada por el hecho de que había completado aproximadamente el 90% de su trabajo, Y/n quería darse por vencida. Y/n trabajaba desde casa y rara vez necesitaba ir a su lugar de trabajo. Todo su arduo trabajo durante los últimos 5 años le valió el título de Directora de Arte en su lugar de trabajo. Con ese puesto, logró la casa de sus sueños y la de su esposo.
Se cubrió la cara con las manos y descansó los ojos un momento antes de volver a concentrarse en sus papeles. Y/n pensó que su marido no se despertaría hasta dentro de unas horas, pero allí estaba, dando vueltas por la casa, buscándola. Era uno de esos días en los que Itettsu se despertaba mucho antes de lo debido. Sus brazos extrañaban a la figura que normalmente los rodeaba, lo que hizo que su sueño se detuviera con la pregunta: ¿dónde estaba su esposa?
Su mano recorrió las paredes pintadas de blanco de su casa mientras se dirigía a la última habitación que no había revisado, la oficina de Y/n. Una vez que se dio cuenta de que su esposa posiblemente estaba trabajando, Ittetsu decidió prepararle el desayuno, con la esperanza de que eso la hiciera sentir mejor. Se dio cuenta el día anterior, cuando los dos disfrutaban de la compañía del otro, que su esposa estaba concentrada en los papeles.
Un suave golpe en la puerta sacó a T/n de su breve sesión de ideas y dejó entrar a Takeda con una sonrisa, ya que no quería que se preocupara por ella. "Te levantaste muy temprano..." Su frase se interrumpió cuando vio la bandeja que llevaba su esposo. Hizo que su corazón se acelerara, la vista de su cariñoso amante le trajo una sonrisa a la cara; él la hacía feliz, y parecía que lo haría eternamente. Ittetsu colocó la bandeja de color champán justo al lado de los papeles de su esposa, como para decirle que comer es lo primero y luego trabajar.
—¿Te desperté? —dijo T/n, empujando sus documentos a un lado.
—No, todo lo contrario. Me desperté solo, no sé cómo lo logré. Ittetsu sonrió.
T/n giró la cabeza y se encontró con la ventana transparente. El sol todavía se estaba escondiendo ese día, y solo se mostraba un poco al vecindario. El jardín de la pareja estaba a la vista, el campo de girasoles miraba hacia T/n y le sonreía.
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