¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los zapatos marrones resonaban mientras los estudiantes de Shiratorizawa comenzaban a agruparse en el aula ligeramente llena. Era la hora del almuerzo y decidiste quedarte en casa con los pies rebotando ligeramente y los auriculares puestos, la música sonaba tan fuerte que se podía escuchar desde el mundo exterior. Era tan fuerte que no te diste cuenta de que los zapatos de vestir estaban sobre el piso de madera. Estabas tan concentrado en leer la siguiente lección de inglés que no sentiste una presencia alta y amenazante frente al escritorio.
"[Y/N]."
Pasaron unos segundos más hasta que una mano desconocida te arrancó el oído derecho de la oreja.
De repente, el aula en silencio llenó tu oído y el parloteo de los compañeros se escuchó con total claridad. Frunciste el ceño ante la acción y recorriste con la mirada el brazo cubierto hasta que llegaste a una cabeza tranquila, aunque ligeramente inclinada.
Wakatoshi Ushijima.
Tu boca se cerró de golpe con solo un leve zumbido en respuesta a la aturdida y repentina intrusión del as en el preciado equipo de voleibol de tu academia.
Tu expresión de desconcierto te hizo parpadear más de lo habitual, lo que provocó que él solo se aclarara la garganta ligeramente.
—Sé que puede que no me conozcas, pero eres [T/N], ¿verdad? —Su expresión permaneció inalterada, como si estuviera tallada en piedra. Casi parecía que estuvieras en serios problemas con la forma en que un millón de ojos se dirigían directamente hacia ustedes dos.
Después de echar un vistazo rápido al aula ahora en silencio, lo miraste de nuevo y asentiste: "Por supuesto, sé quién eres, Ushijima-san".
La presión de ser posiblemente el próximo blanco de rumores en la semana siguiente te aterrorizaba. Era sorprendente la velocidad y la creatividad que estos estudiantes podían generar a partir de la más mínima información.
Él solo asintió en respuesta y comenzó a hurgar en la mochila negra que colgaba de su cuerpo. Le tomó un momento encontrar finalmente lo que buscaba y extendió su mano firme para revelar otro libro de texto de inglés.
"Esperaba que pudieras darme clases particulares para los próximos exámenes finales".
—¿Eh? —Cerraste rápidamente los labios mientras los pensamientos en tu cabeza salían a borbotones.
Bueno, eso realmente te dejó perplejo; tus ojos escanearon el área buscando algún tipo de risita o empujón de los brazos como señal de una broma.
Pero eso no era parte de su naturaleza, ¿verdad? No, él hablaba en serio al decir que sus ojos color arena nunca se apartaban de los tuyos.
No era como si estuviera tratando de ocultarlo. Su voz era clara y lo suficientemente proyectada como para que todos pudieran participar. Era de esperarse eso del capitán del equipo de voleibol, pero aun así necesitaba tu ayuda con el inglés.
