𝐄𝐈𝐓𝐀 𝐒𝐄𝐌𝐈

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Tomaste el último trago de tu Merlot favorito y tu cuerpo se sentía sumamente relajado como hacía tiempo que no lo estaba, el trabajo era demasiado agotador en las últimas semanas, francamente todo te abrumaba, no sentías que estuvieras funcionand...

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Tomaste el último trago de tu Merlot favorito y tu cuerpo se sentía sumamente relajado como hacía tiempo que no lo estaba, el trabajo era demasiado agotador en las últimas semanas, francamente todo te abrumaba, no sentías que estuvieras funcionando como de costumbre, así que esa noche fue lo mejor que te pudo pasar.

El vino calentó tu cuerpo, aunque intentabas prestar atención a lo que pasaba en la televisión frente a ti, no podías concentrarte, la necesidad de tu cuerpo de ser tocado no te dejaba en paz así que sucumbiste a ella. Tu mano se deslizó hasta uno de tus senos mientras tus ojos estaban pegados a lo que veías, no es que estuvieras viendo nada emocionante, es solo que el Merlot siempre tenía ese efecto en ti.

Apretaste tu pecho lentamente, con mano firme mientras tu cabeza caía hacia atrás en el sofá, se sentía bien y fue aún mejor cuando comenzaste a hacer pequeños círculos en tu pezón que poco a poco se hacía aún más notorio sobre la fina tela de tu blusa, luego lo tomaste con tus dedos y pudiste sentir como el calor aumentaba entre tus piernas, frotabas estas deseando que el placer que te estabas dando aumentara.

Tu otra mano viajó hasta tu cuello y fue entonces cuando te decepcionaste levemente porque sabías exactamente lo que necesitabas, lo que tu cuerpo realmente quería inmerso en la sensación del Merlot, no quería que te tocaras, clamaba por las manos de otra persona, el calor corporal y el tacto de alguien más que quisiera llevarte a la novena nube.

Y entonces recordaste por qué hacía tanto tiempo que no probabas ese Merlot, por qué tu copa favorita había empezado a llenarse de polvo y quizá hasta entendiste por qué estabas tan tenso últimamente.

¿Podrías vivir sin sexo la mayor parte del tiempo? definitivamente, pero no podrías reprimir tu cuerpo en ese estado, después de haber ingerido casi una botella llena de vino ese deseo no se iría hasta que lo permitieras o hasta que te quedaras dormido y aunque fácilmente podrías caer en la segunda opción, ha pasado un año desde tu última vez así que tenías más ganas de hacerlo de las que estarías dispuesto a admitir.

Decidiste hacerlo, eres una mujer adulta que tienes derecho a dormir con quien quieras cuando quieras, no hay mucho que pensar, solo sería algo de una noche que te bastaría por unos meses, lo que pasa es que tu soltería te presentó un problema, no tenías a quién llamar.

Pensaste en tu mejor amigo, Suna. Quizás no tendría mucho problema en hacerlo ya que ambos se habían besado algunas veces pero siempre todo ha sido muy espontáneo en las fiestas y no querías que todo se volviera raro con él así que lo descartaste. Tu segunda opción era aceptar la invitación de última hora de uno de tus amigos a un bar, si tenías suerte podrías encontrar a alguien allí pero no te apetecía salir de tu apartamento y meterte con un completo desconocido, eso no era lo que buscabas en ese momento.

Miraste el reloj de tu pared: las 11:00 pm.

Podías simplemente tomar la opción de irte a dormir, después de todo ya era bastante tarde pero quizás no lo suficiente para un viernes por la noche, las posibilidades de encontrar a alguien eran escasas sobre todo teniendo en cuenta que tenía que ser alguien que diera la talla. Nada valdría la pena si no encontrabas a una persona que supiera hacerte sentir realmente bien, alguien con quien pudieras conectar sexualmente y conocías a la persona indicada pero tu orgullo no lo admitiría.

¡𝐔𝐏! ʰᵃᶤᵏʸᵘᵘ ˣ ʳᵉᵃᵈᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora