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Ushijima no es ese tipo de hombre que, cuando va a ligar con una mujer, el sexo es desenfrenado y salvaje, lleno de improvisación y locura. No, es calculador y paciente, muuuy paciente.
Ushijima buscará tu relajación extrema, para luego calentar poco a poco la atmósfera para follarte de la manera más cruda posible.
—¿Te sientes bien? —Asentiste con la cabeza, con el brazo estirado sobre tu rostro, ocultando el rubor en tus mejillas—. Bien... —Ushijima pasó su dedo medio de arriba a abajo por tu costado, provocando escalofríos cada vez que lo tocaba. Su dedo llegó a tu pecho, donde trazó pequeños círculos hacia adentro a su alrededor hasta llegar al pezón, pellizcando suavemente, haciéndote gemir con el toque de sus dedos en el pequeño bulto.
—¿Te gusta?—asintió de nuevo, levantando las caderas mientras sus dedos recorrían tu vientre, y donde Ushijima depositaba varios besos desde tu ombligo hasta tu monte de Venus. Besos lentos y cálidos, besos donde podías sentir sus labios separándose lentamente de tu piel. Tu respiración seguía acelerándose, y más ahora si la suya rebotaba cerca de tu entrada. Estabas completamente fuera de sí. —¿Es bueno cuando te toco aquí? —contrajiste tu abdomen mientras la punta de su dedo acariciaba tu clítoris, estimulándolo con pequeños toques continuos mientras lo veía encogerse con su toque.
—Sí... joder, sí... —No pudiste soportarlo más. Tu necesidad de que ese hombre te follara terminó convirtiéndose en locura—. Ushi...
"¿Sí?"
"No puedo soportarlo más", dejaste escapar lentamente más gemidos cuando su toque hizo contacto directo con tu agujero. "Por favor... por favor, por favor, solo fóllame, fóllame por favor..." suplicaste gimiendo.
—Estuve esperando todo este tiempo a que me lo pidieras— Ushijima se separó de ti y, mientras sus ojos verde oliva se quedaban concentrados en tu cuerpo, en tu pecho subiendo y bajando por la respiración agitada, en tu rostro escondido tras tu brazo, mordiéndote el labio con desesperación, y en tu coño desnudo, que temblaba de necesidad, sacó su polla de sus pantalones y regresó hacia ti, para darte lo que querías.
—Pero, voy a necesitar ver tu cara mientras gritas mi nombre, ¿sí? ¿Lo harías por mí? —y de manera delicada, su mano agarró tu brazo y lo apartó, dejándolo por encima de tu cabeza, apretando tu muñeca lo suficiente para darte una pista de que si movías el otro brazo te habría dejado libre, no tendrías escapatoria—. Siente cómo se abre para mí... ahh tan-tan bueno... —tomó su polla y, después de juguetear un poco entre tus labios, finalmente y de una embestida, entró en ti, sacando de lo más profundo de ti un grito ahogado, pero lleno de alegría.
"Está bien Ushi, jaja... ¡Ne-necesitaba esto tanto, joder!" Ushijima sonrió cuando tus palabras corroboraron lo que tu cuerpo ya había estado expresando minutos antes.
Todo lo que tenía que hacer era escuchar tus melodiosos gemidos mientras Ushijima tocaba fondo dentro de ti.
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