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Desde tu primer año en la escuela secundaria Aoba Johsai, siempre te pareció que este chico del equipo de voleibol era muy lindo y dulce a pesar de que solo lo habías visto y hablado con él unas pocas veces. Ahora que estás comenzando tu segundo año en Aoba Johsai, no puedes evitar sentirte extasiado y siempre nervioso a su alrededor ahora que compartes clases con Iwaizumi.
En el momento en que abres la puerta para entrar a tu clase programada, sueltas un suspiro fuerte para despejar tu mente. No estar preparado para ver las caras nuevas que posiblemente podrían estar en tu clase este año te puso nervioso, pero te entusiasmó ver cómo se desarrollaría el año a medida que pasaran las estaciones.
Ese aire húmedo de verano cuando tus dedos se aferraron a la manija de la puerta, flotando en el momento en que abriste la puerta para ver un par de ojos familiares mirándote desde el asiento de la ventana.
Su piel bronceada y su cabello castaño oscuro, seguidos de sus ojos pequeños y brillantes que te miraban fijamente mientras colocaba su mano justo debajo de su barbilla. Era Iwaizumi Hajime, tu amor platónico del año pasado en la misma clase que tú. Alguien que creías que superarías hasta que apareció de nuevo, por otro año, tal vez incluso dos.
Al mirar el tablero, tu asiento asignado estaba... justo al lado de él. Tal vez por eso te estaba mirando, pensaste mientras tragabas saliva con ansiedad. Te acercaste mientras tus zapatos resonaban contra el piso liso y sacaste tu silla para sentarte a su lado.
Tu mente se llenó de preguntas triviales que surgieron. ¿Y si me encuentra rara? ¿Tengo buena apariencia? ¿Ya me conoce? ¿Y si es de ese tipo de persona que no habla con su compañero de escritorio?
Mirándolo de reojo, es mucho más lindo de cerca y hace que tu estómago se revuelva mientras intentas mantener tu mejor postura, actuando como si te estuviera observando.
—Um... Hola —te habló en voz baja, agitando la mano para captar tu atención.
"Hola..." correspondiendo su saludo.
"Soy Hajime Iwaizumi", te da una cálida y sutil sonrisa y dice: "¡Oh! Soy t/n".
Así fue como ustedes dos comenzaron su amistad que fue creciendo a lo largo de las cuatro estaciones que transcurrieron. Al final del verano, cuando comenzaron las clases, fue cuando lo conociste por primera vez. Durante este tiempo, descubriste muchas cosas que nunca esperaste saber sobre él, como su forma de actuar durante las clases, sus hábitos de estudio, sus gustos y disgustos en general y cómo te mira cuando cree que no sabes que te está mirando.
Ustedes dos crecieron muy rápido. Comenzaron como compañeros de clase, no solo porque eran compañeros de escritorio, sino también porque no conocían a nadie más en su clase. Fue como si la escuela realmente los hubiera preparado para sus clases, porque están atrapados con él durante todo el año.
