Detrás de ti (+18)

| Capítulo 48 |

 48 | Dévora

—Debes estar bromeando.

Esas fueron las primeras palabras que dijo Call cuando se enteró por boca de su propia hermana que me iba a casar con Víctor.

Víctor sonrió con descaro al ver el semblante horrorizado y pálido de Call.

—Estás invitado a la boda, cuñado.

—No me llames cuñado—le lanzó una mirada despectiva y fulminante—, animal.

Víctor lo ignoró.

—Como digas, cuñado.

Annika, quien estaba sentada tomando su sopa en la mesa de reposo, alzó las cejas.

—Me sorprende que no se maten—giró a verme—. No perdieron el tiempo. Apenas pasó un día y ya se casan. Felicitaciones por tu funeral.

—Felicitaciones por el tuyo—respondió Víctor con una pizca evidente de molestia—. Tengo entendido que será muy pronto.

Annika hizo una mueca de sonrisa falsa. Clark, quien estaba en el sofá, sentado y expectante, permaneció viéndome en completo silencio.

Sabía de sus sentimientos hacia mí, recibir y escuchar mi compromiso con Víctor...no habrá sido algo bonito.

Me dirigí a él:

—No es necesario que...

—Iré—contestó—. Sí Víctor te hace feliz, lo aceptaré.

Sonreí con un asentimiento.

—Apenas van un año—agregó Call, cuyos ojos azules me miraban fijamente—. Las parejas se casan a los cinco años, Dévora. Eso es madurez.

La mano de Víctor se apoyó con más fuerza en mi cintura, reconfirmando su intención conmigo.

La decisión de contarle a Call con Víctor no había sido lo que había querido en primer lugar. Tras una larga conversación, y dándome cuenta de que el suceso era inevitable, era mejor que se enterase lo más rápido.

—Un año es suficiente para casarme con mi mujer—respondió Víctor sin dudar—. Si estoy seguro de que quiero pasar la vida con ella, no debo aplazar algo inevitable.

—Víctor y yo queremos casarnos, Call—hablé con firmeza—. Yo—recalqué mi deseo—quiero casarme con él.

—¿Y tener hijos con él?

—Uno de mis sueños siempre ha sido tener una familia, Call—respondí sin dudar—. Casarme. Así que sí—alcé mi mentón—, él es el hombre al que yo he escogido.

—¿Y cuándo se supone que se van a casar? ¿Ah?—siguió indagando Call, exigiendo respuestas con tu típica tonalidad demandante de voz.

Víctor ni siquiera dudó en responder, sorprendiéndome en el acto

—Nos casaremos en una semana.

Lo miré totalmente sorprendida, nerviosa incluso. Sus manos se apretaron más contra mi cintura.

Una semana.

Siete días.

Ciento sesenta y ocho horas.

En ese lapso de tiempo Víctor y yo íbamos a casarnos.

Mi corazón empezó a latir rápido de los nervios.

—¿Una semana?—repitió Call incrédulo por cada palabra que parecía salir de Víctor.

—El tiempo suficiente para preparar al sacerdote, traer a un abogado civilista, inscribir como dueña a Dévora de todas mis propiedades y reconocerla como mi esposa y mi mujer.