Los rayos de sol alcanzaban la gran ciudad del cielo, la misma rutina de todos los días…desayunar todos juntos, charlar cosas al azar y todo eso.
Al salir del palacio celestial, fui hacia los campos, me senté bajo un árbol, pensando…sobre el baile. En realidad una parte de mí quería ir a ese baile, pero la otra parte…es antisocial, además no sé a quién llevar como pareja, ya que si elegía a uno de mis “hermanos” los demás se ofenderían.
-¿Por qué tan pensativa? ¿Se te reinició el cerebro o algo así con lo de ayer?- escuché.
Me dí la vuelta para ver a Yukío apoyada contra el árbol con los brazos cruzados…la miré aún pensativa.
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-¿Que, vienes solo a burlarte o a saber chisme?- pregunté.
-Ah si, ese tal Azrael…ya me contó porque te desmayaste- respondió ella.
-¿Y entonces?
-No sé, increíblemente vine a saber como estabas; después de todo eres la única que puedo decir que me cae bien en este lugar.
-Ah, pues…¿Gracias?
Ella suspiró profundamente mientras se separaba del árbol y tomaba asiento a mí lado…se quedó en silencio un rato viendo hacia el frente, hasta que se me ocurrió una gran idea, lo cuál dibujó una sonrisa en mi rostro.
-Si te pido un favor, ¿Estarías dispuesta a hacerlo?- pregunté.
-Depende de qué favor- respondió ella mientras me miraba de reojo.
-Bueno, ¿Estarías dispuesta a acompañarme a un baile?
-¿Qué?
-No me malinterpretes…es solo que, mañana organizan un baile, y se supone que debo llevar un acompañante, el problema es que no sé a quién llevar, ya sabes, si elijo a uno de mis -hice comillas con mis dedos- “hermanos” los demás se enojaran.
-Mm, no sé…
-Te divertirás, te lo aseguro, de hecho es imposible aburrirse con la familia “Morningstar -Magne”.
-Bueno, en realidad no tengo nada que hacer, sería interesante…bien, acepto.
-Perfecto, ¡Gracias Yukío!
-De nada.
-Bien, entonces mañana por la noche…según lo que dijo Gabriel.
-Perfecto, allí estaré.
-Bien…yo iré a ver que me pondre, ya sabes, es algo…elegante.
-Entiendo.
-Entonces nos veremos después Yukío.
-Adiós.
Me levanté de mi lugar y comencé a caminar. Me dirigí directamente a mí casa para ver que podía ponerme para el baile…no tenía mucho, así que suspiré frustrada. En primer lugar, odiaba usar vestidos. En segundo lugar, odiaba los eventos elegantes. En tercer lugar…¿Que carajos iba a ponerme?
