Un mes después. La brisa fresca acariciaba mi rostro, me encontraba sentada bajo un gran árbol, simplemente relajándome, el silencio reinaba en los campos que me rodeaban...suspiré suavemente cerrando los ojos, mientras tarareaba una melodía...era una melodía vieja, uno de los jazz que escuchábamos con Alastor en el bar de Husk...
La razón de mi soledad era que, Yukío estaba entrenando junto a Michael, últimamente se han llevado bien ya que a los dos les gustan las artes de combate. Los demás arcángeles se encontraban trabajando como siempre, incluido Leo, mientras que a Azrael no lo he visto.
Bueno, en este último mes he pasado mucho tiempo con Yukío, Leo y Azy...en realidad siempre salimos los cuatro, hay veces que no nos llevamos bien, pero de igual manera nos divertimos. Eso no quiere decir que mi relación con Azrael haya mejorado, seguimos en los mismos términos; mientras que con Leo somos más amigos que antes...pero ahora que lo pienso, sospecho que Leo está "interesado" en Yukío, aún no es muy obvio, pero tengo mis razones para pensarlo.
Estaba tan perdida en mis pensamientos que no escuché pasos acercándose a mí...aún con los ojos cerrados, pude notar esa particular esencia a...muerte.
-¿Por qué tan sola, preciosa? ¿No consigues la compañía adecuada?- preguntó esa voz que a veces me causaba irritación.
-Busco paz, no compañía...a veces la paz se consigue estando solo- respondí abriendo los ojos y mirando al pelinegro.
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-Oh, ¿Y porque la princesa busca desesperadamente paz?
Él se apoyó contra el árbol mientras me regalaba una sonrisa pícara.
-¿Debo tener alguna razón?- cuestioné.
-No necesariamente -el suspiró- ¡Ya sé! No me digas que estás aclarando tu mente porque el amor ya ha llegado a tu puerta...
-En absoluto.
-Oh mi reina...no me digas que eres así de difícil en el amor porque esperas a un príncipe que te regale un par de palabras dulces y besos con amor...- dijo él mientras se agachaba hasta estar a mí altura para poder acercarse a mi rostro.
Yo reí divertida.
-Oh querido, yo no busco besos ni palabras dulces, pues eso los da cualquiera...-suspiré y lo alejé levemente de mí- Lo que yo busco, es alguien que esté dispuesto a arder de amor, eso si que no lo hace cualquiera...
-Mm, si tu me dejaras lo haría todo por ti...- aseguró.
-No me digas...entonces dime, ¿Qué estarías dispuesto a hacer por mí?
-Cariño, no tienes idea de lo egoísta que puedo ser cuando quiero algo. Quemaría el universo entero hasta los cimientos solo para que fueras toda mía...
Ese comentario, admito que me sorprendió...hasta sentí un cosquilleo, pero obviamente tenía que hacer algo para no dejarlo ganar o dejarlo creer que había provocado algo en mí.