[Narra Azrael] Hermosa mañana en el palacio celestial, gloriosa y...normal, como siempre, misma rutina, mismo ambiente. ¿Y qué puedo decir? Soy demasiado independiente como para seguir la rutina de los demás.
En fin, mientras los demás están en sus oficinas siendo los "responsables" yo estoy en la biblioteca intentando disfrutar mi vida...pero por supuesto, la paz no dura para siempre, eso lo sé por experiencia propia.
Escuché como la puerta se abría, imaginé que era alguno de mis hermanos; así que rápidamente tomé un libro para fingir que lo leía. Puse cara de concentrado para meterme en mi papel...escuché pasos que parecían detenerse frente a mí, así que miré por sobre el libro.
-Ah, solo eres tú- exclamé soltando un suspiro desinteresado.
Frente a mí se encontraba Yukío...tenía una ceja levantada mientras me miraba de arriba a abajo, parecía que me analizaba con la mirada.
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-Pareces pendejo con esa cara- dijo ella.
-Disculpa...al menos yo ejercito mi cerebro leyendo, deberías intentarlo Snyder, no todo es combate- respondí frunciendo levemente las cejas.
-Oh claro, dime Azrael, ¿Acaso leyendo el libro al revés aprendes más o simplemente es que ni siquiera lo leías? Idiota...
Yo dirigí la mirada al libro, lo cerré para ver la tapa y efectivamente estaba al revés...simplemente suspiré con fastidio mientras colocaba el libro en la mesa que estaba al lado del sillón.
-Soy muy especial...no cuestiones mis formas de leer- exclamé tratando de quitarle importancia al tema.
-Si, especial en el sentido de imbécil, por supuesto- dijo ella rodando los ojos.
-¿A qué viniste? ¿Simplemente a molestarme o qué?
-Ugh -ella suspiró- necesito tu ayuda.
-¿Mi ayuda? Ja...¿En qué?
-Leo está molesto conmigo y no sé porque...¿Tu sabes?
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-Balberith...Leo las vigiló mientras estaban en el infierno y vió tu altercado con Balberith. Se puso celoso porque le preguntaste cosas de Balberith a Nilüfer.
