"Un día dedicado solo al descanso". Sabias palabras de Galim. ¿Pero sería así? ¿Aquellos arcángeles tomarían en serio sus palabras? Tal vez sí, tal vez no.
Yo por mi parte decidí tomarme en serio las palabras de papá, así que fui de paseo a la playa junto a Cass, Loy, Yushi, Leo y Mike. Pasamos un buen día, muy tranquilo. Aquella tranquilidad era extrañamente...aburrida. No estaba Yukío para escucharla pelear con Azrael, ni estaba él para escuchar sus comentarios coquetos o sus sobrenombres, sus cariños...nada.
Sin embargo, ahora tenía a mí lado a Mike, un fiel compañero que apreciaba mucho. Ambos veiamos como Leo, jugaba en el mar junto a Yushi, Cass y Loy.
<<Sería un muy buen padre>>
Y cuándo el día llegó a su fin, todos los arcángeles se reunieron en la gran sala principal del palacio celestial. Todos con sus pijamas de seda y pantuflas de distintas temáticas. Algunos traían sus mantas y almohadas, además de juegos de mesa.
-Muy bien...-Leo se puso al frente de todos comenzando su discurso- debido a que Galim no podrá estar presente en la pijama, me encargó que yo personalmente supervisara que todo saliera bien. En conclusión yo soy responsable de todos, así que espero un buen comportamiento por parte de todos.
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Todos se limitaron a asentir con la cabeza, pues era más que obvio que nadie se atrevería a contradecir a Leo, no solo por ser el arcángel mayor, si no por el respeto que todos le tenían.
Pero aquella tranquilidad fue bruscamente interrumpida por el mismo problema que me rondaba desde un tiempo: Nefeli. Aquella mujer entró a la sala vistiendo un camisón rojo con una bata negra de lo que parecía ser seda. Ni siquiera saludó, entró allí como si se tratase de su propia casa, y fue directamente hacia Azrael.
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Iba a hacer algún comentario sarcástico sobre ella, pero creo qué Mike leyó mis pensamientos, ya que tomó con delicadeza mi brazo para hacerme saber que no era buena idea armar un escándalo justamente ahora, que me mantuviera calmada. Decidí hacerle caso, mas porque no quería darle problemas innecesarios a Leo y porque Yushi estaba allí. Quería que mi niño disfrutara aquél momento.
