-¿Por qué se molestarían? Ya eres parte de la familia, eres una amiga cercana de los Morningstar -Magne- respondí tranquilamente.
-Bien...bien...
Las dos continuamos caminando por los pasillos del palacio celestial. Nos habíamos levantado temprano y decidimos compartir el desayuno con mis hermanos...bueno, fue una idea mía traer a Yukío, ya que prácticamente es de la familia...
Al llegar frente a la puerta de la cocina, suspiré y la abrí despacio, notando como todos ya estaban allí.
-Creo que es inútil...no hay nada que discutir- exclamó Raguel.
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-Yo creo que ya es tiempo de pensar en eso- comentó Uriel.
-Yo creo que ni siquiera deberíamos considerarlo.
En ese momento Miguel notó nuestra presencia.
-Raguel, yo creo que deberías callarte- dijo él.
Todos nos miraron, la mayoría (menos Raguel) nos sonrió cálidamente.
-Buenos días- exclamamos nosotras dos.
-Buenos días- respondieron los demás.
-Malos días- murmuró entre dientes Raguel.
Galim nos miró a las dos con felicidad.
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-Nilüfer, es un honor que vengas a compartir el desayuno con nosotros, hija -sus mirada se dirigió a Yukí- oh, veo que traes compañía, es un gusto que traigas a tu amiga también.
-Gracias papá- respondí con una leve sonrisa.
-Oh, pero por favor tomen asiento. Chicos, otorguen lugares a nuestras visitas.
De inmediato Leo miró a Azrael, el cuál estaba a su lado tomando su taza de café, al sentir la mirada del pelinegro, Azrael lo miró curioso. Leo solo le hizo una seña con la cabeza.
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