Una semana después... Una semana, desde hace una semana Galim me ha estado enseñando que es el purgatorio y todo eso, sin embargo solo me ha hecho leer libros; aún no me explica bien cuál es mi trabajo. Además de eso, considero que es un milagro que yo haya sobrevivido una semana en el palacio de las angelas...en fin, hoy finalmente Galim me explicaría que hacer y me llevaría al purgatorio, eso creo, así que ahora mismo me dirigía al palacio celestial, caminaba ya que necesitaba sacarme el estrés de vivir en el palacio de las angelas.
Luego de varios minutos finalmente crucé las grandes puertas del palacio celestial; comencé a adentrarme en el pasillo en busca de alguno de los arcángeles o Galim, sin embargo el lugar parecía desierto; supuse que estaban en la cocina, así que me dirigí allí. Tras caminar en completo silencio, finalmente crucé las puertas de la cocina, encontrando un ambiente sospechosamente calmado, pues estaba vacío.
-¿Buenos días?- exclamé extrañada.
-Buenos días- respondió Michael asomando la cabeza desde detrás de la pared que daba al comedor.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿Porque tan vacío?
Michael salió de detrás de la pared y se acercó a mí con una sonrisa.
-Pues Cassius, Leroy, Gabriel, Jophiel y Zadquiel salieron temprano- comentó.
-¿Y los demás?- pregunté.
-Uriel, Miguel, Chamuel, Joel y Rafael fueron a organizar la fiesta de esta noche.
-Espera, ¿Fiesta de esta noche?
-Ajá, la fiesta que organizan para celebrar que eres arcángel...¿No sabías?
Negué con la cabeza.
-Que extraño, pensé que sí, pues Yukío también está ayudando a organizar todo- comentó.
-¿Yukío? Osea que organizan una fiesta para mí y la última en enterarse soy yo -Suspiré profundamente- Padre dame paciencia...¿Y los demás?
-Bueno Galim, Leliel y Azrael andaban por ahí...acaban de salir de aquí, dijeron que ya volvían pero no sé...y bueno, Raguel está en su oficina.
-Pues, gracias por la información Michael.
-De nada...por cierto, déjame felicitarte una vez más por tu nuevo puesto, estoy para lo que necesites.
Yo sonreí, sonaba tan dulce y aquella sonrisa era tan sincera...ya estaba segura que sus intenciones eran buenas.
-Muchas gracias Michael, te lo agradezco- respondí con una sonrisa.
En ese instante las puertas de la cocina se abrieron a mis espaldas, por lo que me giré y pude ver como Galim, Leo y Azy cruzaban las puertas.
-Buenos días- saludé.
Ellos levantaron la mirada y cada uno me regaló una sonrisa.
-Buenos días- dijeron los tres.
-Bueno...yo me retiro, nos veremos después chicos- se despidió Michael.
