Contexto: Michael cada mes se encargaba de entrenar a los arcángeles por si algún día los demonios decidían revelarse contra el cielo, por lo tanto tenía una semana pactada con todos para entrenarlos mediante luchas con criaturas o armas en el mundo terrenal, dónde los poderes de los arcángeles eran más débiles. Esta vez, Michael había decidido entrenarnos a Yukío y a mí, según él, durante las peleas entre Adán y nosotras había observado que teníamos un gran potencial, por lo que decidió incluirnos.
Nos llevó a una isla alejada de cualquier humano, una vez allí, nos dividió en tres grupos. El primer grupo⚫: Azrael, Yukío, Leroy, Raguel y Gabriel. El segundo grupo🔵: Leo, Yo, Cassius, Uriel y Miguel. El tercer grupo🔴: Rafael, Joel, Zadquiel, Chamuel y Jofiel.
La prueba consistía en enfrentarnos ante las tres criaturas mitológicas más fuertes creadas por padre: el Ziz, Behemoth y Leviathan. Teníamos que ser rápidos y sigilosos para sobrevivir, portabamos armas angelicales, nuestro objetivo era derrotar a las criaturas con nuestro grupo, al igual que seríamos contrincantes con los demás grupos.
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(Grupo ⚫) Los cinco se movían sigilosos buscando a la bestia que les había tocado: el Ziz, el ave gigante capaz de tapar el sol con sus alas, una criatura monstruosa que además de su apariencia de ave, cuenta con una inteligencia y un poder bestial capaz de derrotar a cualquier alma.
Al frente iba Gabriel, a su lado Raguel, detrás de ellos Leroy, Yukío y Azrael. Mantenían un buen paso, hasta que Azrael tropezó con algo cayendo sobre Gabriel.
-Ugh, quitate, quitate- susurró Gabriel.
Azrael se levantó rápidamente cruzándose de brazos.
-Esto es una mierda...no le encuentro sentido, osea...¡¿Que carajos podría hacer un Ziz revelándose contra el cielo?!- exclamó molesto.
-¡¡Shhh!!- lo callaron los otros cuatro.
-¡Enserio!...-Azrael miró hacia los arboles para comenzar a gritar- vaya tontería la tuya Michael, esto es una mierda...
Yukío ya estaba arta, por lo que se acercó rápidamente a él y lo tomó de la camisa poniéndolo a su altura, su mirada denotaba molestia; lo cuál hizo que Azrael se callara.
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