-Ni modo, mejor...ni entremos- exclamó Azrael mientras se daba la vuelta.
-Espera -Michael lo tomó de la chaqueta deteniéndolo y dándole la vuelta- deberías ir a ver si está bien, ¿No?
-¿Quien? ¿Yo? Pfff -Azrael se llevó una mano a la boca mientras reía- no gracias, quiero seguir vivo...se que es irónico que yo le tema, pero ese cuando está pasado de trabajo es capaz de todo.
-¡Es tu hermano!
-Y yo soy la muerte diciendo que quiero seguir vivo...¿Que ese comentario no te deja en claro lo peligroso que es molestarlo en este momento?
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Azrael se safo del agarre de Michael y se dió la vuelta pero se detuvo al vernos a mi y a Yukío caminar por el pasillo...al verlos decidimos acercarnos a ellos para averiguar qué pasaba.
-¿Qué hacen?- pregunté.
-¡Buenos días, lindas señoritas! -exclamó con una sonrisa para luego dirigirme una mirada pícara- oh, hoy no tuvimos el honor de contar con tu presencia en el desayuno mi reina ¿A qué se debió tu ausencia?
-Desayunamos en la ciudad- respondió Yukío.
-No me digas...se supone que en las mañanas tiene que compartir tiempo conmigo no contigo- protestó Azrael levantando una ceja.
-¿Acaso crees que me interesa?
-Se que no...
-¿Y entonces? ¿Porque das comentarios que sabes que no me interesan en lo más mínimo?
Azrael se encogió de hombros mientras reía con impaciencia.
-Mis comentarios no precisan de que alguien los pida...yo los doy si quiero- respondió.
-Ah, ¿De mal humor Azrael?- preguntó divertida Yukío.
-Tal vez...pero veo que tú estás de muy buen humor.
-¿Y qué si es así?
Antes que Azrael le respondiera...Michael se aclaró la garganta para llamar nuestra atención.
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