[Narra Azrael] ¿Qué decir? Estos últimos días no estuvieron tan mal, lo admito. Primero entramos a una escuela secundaria, "Havengart". En aquella escuela encontramos a esos niños que debíamos cuidar, eran gemelos, el chico se llamaba Joaquín y la chica Nicole, ambos de 15 años. Al menos no fue tan difícil hacernos amigos de esos niños...fue fácil, si, y eso que no soy tan sociable; aunque Nilü sí.
Mientras que nosotros, bueno, tuvimos que decir que somos hermanos, lo cuál sinceramente, me desagrada. Y Nil...ha estado algo rara desde que nos fuimos de casa, a veces se pone algo melancólica, lo más raro es que hay ocasiones en que se pone cariñosa de repente, como si buscara protección de mí...lo cuál me tiene un poco preocupado.
Actualmente había pasado un mes; ahora mismo estábamos sentados en el patio, era recreo. Ella estaba sentada a mi lado, jugando a medir su mano con la mía.
-Son gigantes- murmuró para sí misma.
Yo solté una leve risa.
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-No, solo que tú eres la pequeña- le contesté.
-¡Oye!- se quejó.
-¿Qué? Es verdad, mírate, apenas llegas a 1,65.
Ella simplemente se cruzó de brazos e hizo un puchero...dios, ¿Se suponía que estaba enojada? A mi me parecía demasiado tierna, así que reí levemente y apoyé mi cabeza en su hombro.
-Vamos nena, no te enojes, ser pequeña tiene sus ventajas- le dije.
-¿Cómo cuáles?- preguntó curiosa.
-Pues eres demasiado tierna, algo que sin dudas puedes usar en contra de cualquiera para lograr lo que desees.
-¡Oh! Buena idea, ya sé cómo pedirte dinero para irme de compras.
-¡Oye! Eso es jugar sucio...
-Si sabes como soy ¿Para qué me das ideas?
Ella comenzó a reír divertida.
-Si, si, ríete...pero de todas formas no te daré dinero- comenté mientras me cruzaba de brazos y levantaba mi cabeza de su hombro.
-¿Oh? ¿Acaso le vas a negar un favor tan simple a tu querida "hermanita", Azy?- preguntó sonriente.
"Hermanita", me sonó casi a un insulto. Un sentimiento raro se manifestó en mi pecho, ofensa...la veía con otros ojos desde hace mucho y definitivamente, el término "hermana" no estaría en mi vocabulario frente a ella.
-Cariño, el término 'hermana' no es algo que me agrade, pero considerando la situación, seré lo que tú desees que sea, lo que necesites- exclamé, con un extraño sentimiento de... preocupación.
Su expresión pasó de divertida a seria en tan solo segundos. Mis palabras habían tocado un nervio sensible al parecer, sin embargo, no estaba molesta, simplemente se veía...deprimida. Definitivamente no era la misma mujer de siempre; ahora solo veía a una niña que buscaba protección, tal vez deseaba revivir aquella infancia corta, quizás quería saber lo que era realmente sentirse una niña.
