-No pueden simplemente hacer esto, ¡Es inaceptable!- exclamé con molestia.
-En realidad ya lo hicimos perra, solo te lo estamos informando- comentó Adán.
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-¡Adán! -le regañó Serah, su mirada se posó ahora en nosotros- el exterminio será adelantado por prevención, los demonios se ven activos últimamente.
-Pero esta desición fue tomada sin siquiera haber sido debatida. Nosotros tenemos un papel muy importante en esto y tenemos todo el derecho de opinar sobre ello- replicó Azrael, quién se encontraba sentado a mi lado.
Allí, en la oficina de Serah el ambiente parecía demasiado pesado. No solo por nuestra molestia, ni por la presencia de Adán. Algo en mi pecho me decía que detrás de todo esto había algo más. Serah solo mantuvo su expresión serena, se levantó de su asiento y se dirigió a la gran ventana, admirando pensativa la ciudad.
-Todo lo que hago es para mantener la paz celestial -murmuró más para sí misma que para nosotros, casi como si se quisiera convencer de ello- si algo malo sucediese no me lo perdonaría, no antes de saber que hice lo posible por proteger nuestro hogar. Mantener la paz es parte de mí trabajo y es algo que defenderé a toda costa.
-No comprendo tu inquietud -Azrael levantó una ceja curioso- últimamente te has mostrado más preocupada de lo normal, Serah. Como si temieras que algo sucediese de repente.
-Más bien...-comencé hablando mientras mi mirada se clavaba en Adán frente a mí- es como si esperaces que sucediera algo. ¿Hay algo que debamos saber además del adelanto del exterminio?
-Solo que tendrán más trabajo de lo improvisto- comentó burlón Adán.
-No, no hay nada más que deban saber- exclamó Serah sin siquiera hacer el intento de mirarnos.
-Osea que -fruncí el ceño mientras me levantaba lentamente de mi lugar con la mirada fija en la Serafín- debemos aceptar lo que usted decide y quedarnos callados...
-Nil -Azrael me interrumpió tomando mi brazo para que me calmase- Por favor.
-¡No! -me solté de su agarre sin mirarlo- debemos aceptar la poca información que nos brindan y simplemente trabajar el doble. Bien saben todos que el purgatorio en este momento está muy atareado y que cada vez que pasa lo del exterminio, mis instalaciones se sobrecargan. Mis empleados no son robots, ni yo tampoco. Azrael tiene una lista lo suficientemente larga como para lidiar con un exterminio adelantado, a penas nos estamos recuperando del último. Y para terminar... Dejas todo este asunto en manos del inútil de Adán.
-Entiendo lo que dicen -Serah finalmente se dignó a darse la vuelta y mirarnos, soltó un suspiro pesado- lamento mucho que esto sea difícil, pero es necesario. Por otro lado, Adán ha demostrado ser el más calificado para encargarse de esto.
