El Precio de los Sueños

Capítulo 1: El reflejo de los sueños rotos

Capítulo 1: El reflejo de los sueños rotos

POV Karime

El sonido del teclado resonaba en mi oficina mientras Norris, mi gato, mi compañero, dormía tranquilamente en su cama junto al ventanal. La brisa de Los Ángeles se colaba por una rendija, moviendo ligeramente las cortinas de terciopelo que había mandado hacer a medida. Todo en esta casa –y en mi vida– era resultado de mi trabajo, de decisiones tomadas con la cabeza fría, no con el corazón.

- Karime, necesito que firmes estos papeles antes de las tres - dijo Luigi mientras entraba sin tocar. Su cabello desordenado y su camisa de diseñador desabrochada en el cuello gritaban que venía de una noche de fiesta, aunque a él nunca le afectaban los desvelos. Luigi era mi asistente, confidente y uno de mis mejores amigos.

-Déjalos en la mesa-, respondí sin apartar la vista de la pantalla. La hoja de cálculo frente a mí contenía cada detalle del presupuesto para el reality show musical que Paramount estaba desarrollando. Había líneas interminables de cifras, pero cada una era crucial para mantener el programa a la altura de mis estándares.

-¿Sabías que no hay ser humano que pueda trabajar tanto como tú y no colapsar? Ya deberías estar celebrando- comentó mientras se desplomaba en el sillón frente a mi escritorio.

Celebrar. Esa palabra sonaba vacía últimamente. Era cierto que mi vida profesional estaba en su punto más alto: productora del programa de mayor rating de Paramount, una mansión en Beverly Hills, un equipo que me respetaba y amigos que me adoraban. Pero todo eso no llenaba el silencio que se colaba por los rincones de mi casa cuando el día terminaba.

-Aquí no celebramos hasta que el programa sea un éxito-, respondí con una sonrisa fingida. Luigi bufó, pero dejó el tema.

-Ah, por cierto, Micky dijo que viene a cenar. Yo me encargo del vino.-

-Perfecto. Y dile que esta vez no quiero que llegue con alguna de sus amiguitas de sorpresa. - adoro a Micky pero se ha convertido en un rompecorazones y por supuesto eso le ha traído algo de dramas con las chicas a las que deja con el corazón roto y no quiero meterme en nada que pueda ser escandaloso.

Luigi se rió mientras salía, dejando un vacío momentáneo que pronto llené con el sonido de mi correo electrónico recibiendo un nuevo mensaje.

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Más tarde, mientras revisaba los archivos de video de los participantes potenciales para el nuevo reality, mi mente vagó hacia otro tiempo, otro lugar. Era inevitable. Cada vez que veía a un cantante joven luchando por cumplir su sueño, recordaba a Gala.

Aunque habían pasado tres años desde la última vez que la vi, su imagen seguía siendo tan clara como si estuviera frente a mí. Su sonrisa, la manera en que tarareaba cuando pensaba que nadie la escuchaba, y la pasión en su voz cuando hablaba de sus sueños. Soñaba con llenar estadios, con tener a miles de personas cantando sus canciones, hacer sus propias composiciones y transmitir al mundo entero sus sentimientos. Y yo soñé con estar a su lado mientras lo lograba.

Pero los sueños a veces se rompen antes de que siquiera se puedan construir.

Recuerdo el día en que le pedí que viniera conmigo a Hollywood. Había conseguido una oferta que cambiaría mi vida, pero lo único que realmente quería era que ella estuviera conmigo. Pensé que sus sueños y los míos podían coexistir, que podíamos construir algo juntas, después de todo California era un excelente lugar para catapultar su carrera musical, y yo sabía que podíamos conseguir los contactos necesarios para lograrlo, después de todo Paramount estaba dispuesta a apoyarme en su totalidad, y yo siempre la apoya a ella. . Pero Gala eligió otra cosa: la seguridad de un contrato en Televisa, la promesa de una estabilidad que yo nunca podría garantizarle.