Entre Sombras y Decisiones

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Capítulo 6: Entre Sombras y Decisiones

POV Karime

El trayecto a casa se sintió eterno. La imagen de Gala cantando, su voz envolviéndolo todo en esa sala, seguía grabada en mi mente. A pesar de mi resfriado, que normalmente sería motivo suficiente para hundirme en el sofá y no moverme, ahora apenas lo sentía. Mi cabeza daba vueltas pensando en lo que acababa de ocurrir. Gala, aquí, en Los Ángeles, audicionando para mi programa. El universo tenía un humor retorcido.

Al abrir la puerta, el sonido familiar de la guitarra de Micky llenó la casa. Allí estaba él, sentado en el piso del salón, rodeado de partituras y con esa expresión de concentración que solo tenía cuando tocaba. Los últimos años habían sido buenos para Micky. Logró abrirse camino como guitarrista profesional, y aunque aún no era una estrella, su banda había conseguido trabajo abriendo conciertos para grupos como Coldplay. Eso significaba que pasaba el 90% de su tiempo con una guitarra en las manos, afinándola, componiendo o simplemente experimentando con sonidos. Micky siempre había tenido esa conexión con la música, una pureza que yo envidiaba y admiraba.

En una esquina del salón, Luigi estaba inmerso en su computador, como siempre. Con un ceño fruncido, tecleaba rápidamente, seguramente revisando estadísticas o haciendo análisis de redes sociales. Luigi seguía siendo mi mano derecha. Su habilidad para comprender qué buscaba la juventud en un programa musical era invaluable, y en ese momento estaba sumergido en gráficos, hashtags y tendencias que definían a la audiencia que esperábamos conquistar. Luigi era mi brújula en este mundo tan cambiante, mi mano derecha, mi amigo más leal.

Me apoyé en el marco de la puerta, respiré hondo y caminé hacia ellos. Había ensayado este momento mil veces en mi cabeza, pero ahora que estaba frente a ellos, sentí un nudo en la garganta que no me dejaba articular palabras.

—Chicos, tenemos que hablar.

Ambos levantaron la vista de inmediato. Luigi cerró la computadora de un movimiento ágil, mientras Micky dejó la guitarra a un lado. Sus ojos buscaron los míos, y de repente me sentí expuesta, como si pudieran ver el caos que llevaba dentro.

—Gala audicionó.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Los ojos de Luigi se abrieron con incredulidad, mientras Micky se levantaba de un salto, sus movimientos rápidos y llenos de preocupación. Antes de que pudiera decir algo más, Micky cruzó la sala y me envolvió en un abrazo cálido, fuerte, de esos que parecen sostenerte cuando todo a tu alrededor amenaza con derrumbarse. Luigi, siempre más contenido, se acercó y apoyó una mano en mi cabeza, en un gesto que decía más de lo que las palabras podían expresar.

Y entonces me rompí.

Las lágrimas comenzaron a fluir sin control. Toda la fuerza que había mantenido durante el día, todo el esfuerzo por aparentar que estaba bien, se desmoronó en cuestión de segundos. Mis sollozos llenaron la sala, y mis amigos no dijeron nada. Solo estaban allí, dándome el espacio y el tiempo que necesitaba para sacar todo lo que me había guardado.

Cuando finalmente me separé de Micky, me sentí agotada, como si hubiera corrido un maratón emocional. Micky me miró con esos ojos llenos de calidez que siempre habían sido mi refugio y preguntó con suavidad:

—¿Le darás el trabajo?

Antes de que pudiera responder, Luigi, que siempre iba directo al grano, intervino:

—Más importante, ¿hubo alguien mejor que ella?

Mis ojos encontraron los de Micky, y ambos supimos la respuesta sin necesidad de decirla en voz alta. Gala había sido, por lejos, la mejor. Su voz, su presencia, esa conexión inexplicable con la música... Todo en ella gritaba que era la opción correcta para el programa. Pero las palabras se atoraron en mi garganta.

El Precio de los SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora