El Precio de los Sueños

En las manos del pasado

Capítulo 26: En las manos del pasado

POV Karime

El mundo parecía haberse detenido, pero mi interior era un caos. Seguía de rodillas en el frío cemento del estacionamiento, con lágrimas que no cesaban de correr por mis mejillas. Mi respiración era entrecortada, y cada latido de mi corazón resonaba como un eco vacío en mi pecho. La imagen de Gala subiendo a ese coche seguía grabada en mi mente, un recordatorio cruel de mi fracaso.

Ella se había ido.

Miré al lugar donde el auto había estado estacionado hace apenas unos minutos, como si pudiera retroceder el tiempo con la fuerza de mi desesperación. Pero la realidad era ineludible: Gala se había marchado con su madre, Crista Montes.

Un escalofrío me recorrió al pensar en Crista. Nunca confíe en ella, ni un solo segundo. Era evidente que Crista tenía una manera calculadora de actuar, un aura fría que la envolvía incluso cuando intentaba mostrarse afectuosa en los medios. Recordé todo lo que Beba y Gala me habían contado sobre ella: cómo había controlado cada aspecto de la vida de Gala durante años, cómo Gala había luchado por separarse de esa influencia y construir su propia identidad. Y ahora, después de todo ese esfuerzo, Crista había vuelto, aprovechándose del vacío emocional que Gala sentía.

—Esto es culpa mía.—

Esa frase resonó en mi mente una y otra vez. Si tan solo hubiera sido honesta con Gala desde el principio... Si no hubiera seguido ciegamente las recomendaciones de los médicos... ¿Qué sentido tenía protegerla de sus recuerdos si al final terminaba alejándose de mí?

Me llevé las manos al rostro, tratando de contener el sollozo que crecía en mi pecho. Pero no podía. Era como si todas las emociones reprimidas de los últimos meses se hubieran desbordado de golpe. Me sentía impotente, como si el suelo hubiera sido arrancado de debajo de mis pies.

—Karime...

La voz de Beba me sacó de mi catarsis, y cuando levanté la vista, vi su rostro. Estaba destrozada. Sus ojos estaban llenos de lágrimas no derramadas, y su mandíbula temblaba como si estuviera al borde de romperse.

—Se fue... —logré decir entre sollozos.

Beba asintió lentamente, sus labios formando una línea tensa.

—Sí, lo vi todo —murmuró, su voz apenas un susurro.

—No debí haberle ocultado nada —admití, sintiendo el peso de mis propias palabras como una losa en mi pecho—. Todo este tiempo... pensé que estaba protegiéndola, pero solo la alejé.

Beba se arrodilló a mi lado, colocando una mano firme pero temblorosa en mi hombro. Su proximidad, su comprensión tácita, me ayudaron a encontrar un pequeño anclaje en medio de mi tormenta.

—No eres la única que tomó decisiones por ella, Karime —dijo, su tono grave y cargado de culpa—. Yo también he sido culpable de eso. Pensé que estaba haciendo lo mejor al mantenerla lejos de lo que tuviera que ver con nuestra madre, quise ahorrarle el dolor de saber como nuestra madre la había lastimado en el pasado , pero... Crista siempre encuentra una manera de arrastrarla de nuevo a su mundo.

El nombre de Crista hizo que un nuevo escalofrío recorriera mi cuerpo.

—Sabes lo que va a hacerle, ¿verdad? —pregunté, aunque ya conocía la respuesta.

Beba asintió, apretando los labios con fuerza antes de hablar.

—Sí. Gala pasó años construyendo su independencia, luchando por ser ella misma. Y ahora, Crista la tiene otra vez. Ella no se va a tocar el corazón antes de usar a Gala para lo que sea que tenga planeado.