Voces y Verdades

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Capítulo 32: Voces y Verdades

POV Gala

Colgué el teléfono y me quedé mirando la pantalla como si de alguna manera pudiera mantener el contacto con Karime a través de ella. Mi mano temblaba, y no estaba segura si era por la emoción, el miedo o la mezcla de ambas. Su voz seguía resonando en mi mente, cálida y firme, como un faro que cortaba la densa niebla que había envuelto mi vida desde el accidente.

Hablar con ella había sido como tomar un respiro profundo después de haber estado bajo el agua demasiado tiempo. Cada palabra que había dicho me llenaba de una calidez que no sabía cuánto necesitaba hasta que la sentí de nuevo. Y aunque sus palabras habían traído consuelo, también despertaron un torrente de preguntas que llevaba mucho tiempo reprimiendo.

Me dejé caer en el sofá de Isabel, con las piernas recogidas y los brazos alrededor de mis rodillas. Natalia y Sofía, las nietas de Isabel, me miraban desde el otro lado de la sala, sus expresiones llenas de emoción contenida, pero no dijeron nada. Habían sido mi apoyo silencioso durante estos días, pero ahora sabía que no podían darme las respuestas que buscaba. Solo Karime podía hacerlo.

Cerrar los ojos no detuvo el torbellino de pensamientos en mi cabeza. Recordé la forma en que Karime había dicho mi nombre, como si cada sílaba estuviera impregnada de una emoción que no podía descifrar del todo. Recordé su promesa: "Voy a traerte de vuelta."

Esa promesa había encendido algo dentro de mí, algo que había estado dormido durante mucho tiempo. Pero también me había hecho sentir vulnerable.

"¿Y si me oculta cosas otra vez?"

El pensamiento cruzó mi mente como una sombra, apagando momentáneamente la chispa de esperanza. Había confiado en mi madre, creyendo que me daría las respuestas que necesitaba, y en su lugar, había terminado atrapada en un ciclo de control y silencio. No podía permitir que eso volviera a suceder.

—¿Estás bien? —preguntó Natalia, interrumpiendo mis pensamientos.

Asentí lentamente, pero luego negué con la cabeza.

—No lo sé —admití, mi voz apenas un susurro.

Sofía se acercó, sentándose a mi lado y colocando una mano en mi brazo.

—Es normal, Gala. Después de todo lo que has pasado, es normal sentirse así.

Le dediqué una sonrisa débil, agradecida por su apoyo, pero sabía que mis dudas no podían resolverse con palabras amables. Necesitaba claridad, y la única persona que podía dármela estaba en camino.

Tomé aire profundamente, sintiendo cómo el aire llenaba mis pulmones y luego salía en un suspiro tembloroso. Mis manos, que antes habían estado apretadas en un puño, se relajaron lentamente sobre mis muslos. Sabía que el simple hecho de hablar con Karime había removido algo dentro de mí, algo que llevaba demasiado tiempo enterrado bajo capas de confusión, miedo y dudas.

Si iba a verla, tenía que ser honesta, al menos conmigo misma. ¿Qué era lo que realmente quería de ella? ¿Esperaba consuelo? ¿Esperaba respuestas? ¿O simplemente buscaba sentir nuevamente esa conexión inexplicable que había sentido al escuchar su voz?

Necesitaba la verdad, toda la verdad, incluso si dolía. Especialmente si dolía. Había pasado demasiado tiempo atrapada en un ciclo de preguntas sin respuestas, en un limbo emocional que me estaba desmoronando desde adentro. Si había algo que podía sacarme de esa oscuridad, era la claridad, aunque viniera con su propia carga de sufrimiento.

"Si Karime me quiere de verdad, no me esconderá nada."

Repetí esas palabras en mi mente como un mantra, como si fueran una cuerda que me mantenía firme en el medio de la tormenta. Había confiado en mi madre, en que me daría el amor y las respuestas que necesitaba, y en su lugar, solo había encontrado control, manipulación y silencio. No podía permitirme repetir ese error, ni siquiera con Karime.

El Precio de los SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora