Voces del Pasado

470 67 1
                                    

Capítulo 5: Voces del Pasado

POV Karime

Me tomó un segundo recomponerme. Respiré profundamente, cuadré los hombros y enderecé la postura. Este era mi mundo. Había trabajado años para construirlo, para asegurarme de que nada ni nadie pudiera derrumbarlo. No permitiría que Gala lo pusiera de cabeza, no ahora.

Era un formato estándar en audiciones de este tipo: interactuar con cada candidato en privado para evaluar no solo sus habilidades, sino también su personalidad y compatibilidad con el proyecto.

Llamé al primer candidato, un chico alto y carismático con experiencia en conducción y un aire seguro que llenaba la sala. Su sonrisa era impecable y su tono de voz cálido, pero mientras respondía mis preguntas sobre música y lo que significaba para él, sentí que faltaba algo.

—¿Qué te inspira a conectar con los participantes? —pregunté, tratando de profundizar.

—La oportunidad de guiarlos. Mostrarles que los sueños son posibles. —Su respuesta fue rápida, como si la hubiera ensayado.

Era sólido, sí. Pero la pasión genuina no se ensaya.

Luego llegó el turno de la segunda candidata, una mujer con un currículum impresionante. Había trabajado en programas exitosos y tenía una presencia magnética en cámara. Cuando cantó, su voz era técnicamente impecable, pero carecía de alma.

Este no era un programa cualquiera. Era un reality que buscaba más que cantantes; buscaba músicos completos, chicos con pasión por el arte y la creatividad, con historias que inspiraran. Necesitaba a alguien que reflejara esa pasión no solo frente a los participantes, sino también ante el público.

Tomé notas rápidas mientras mis pensamientos se agolpaban. Ninguno de los dos candidatos había logrado convencerme por completo. Eran talentosos, pero la chispa, esa conexión inexplicable que hace a alguien destacar, no estaba allí.

Finalmente, llegó el turno que había estado evitando: Gala.

Mi corazón latía con fuerza mientras ella entraba al salón. Mantuve mi rostro neutral, sin permitir que mis emociones se filtraran. Este era un espacio profesional, y debía mantenerlo así.

—Gala. —Pronuncié su nombre con una mezcla de formalidad y control, como si no fuera una palabra que había repetido innumerables veces en otro tiempo, con otras emociones.

Ella asintió, su semblante tan controlado como el mío. Me senté al borde de la mesa, con el guión mental claro: pediría exactamente lo que necesitaba. Nada más, nada menos.

—Cuéntame, ¿por qué este proyecto? —pregunté, cruzando las piernas y sosteniéndole la mirada.

—Porque quiero ser parte de algo significativo. La música siempre ha sido una parte importante de mi vida, y este proyecto combina todo lo que amo: el arte, las historias y la oportunidad de inspirar.

Su respuesta fue directa, casi vulnerable, y durante un segundo, algo en mi interior vaciló.

Le pedí que leyera unas líneas. Su entrega fue precisa, impecable. Luego vino la parte que más temía: cantar.

Cuando comenzó, sentí como si el tiempo se detuviera. Su voz era la misma, pero distinta a la vez. Seguía teniendo esa pasión cruda, esa capacidad de transmitir cada emoción, pero ahora venía acompañada de una nostalgia que perforaba. Era una voz que hablaba no solo de sueños, sino también de cicatrices.

Por un instante, las barreras que había construido con tanto esfuerzo comenzaron a derrumbarse. Recordé momentos que había enterrado, canciones que habíamos compartido, noches que creímos que serían eternas.

El Precio de los SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora