Capítulo 21: Entre Truenos y Recuerdos
POV Gala
La lluvia golpea con fuerza las ventanas, el sonido de los truenos me sacude el pecho y me hace sentir aún más pequeña en medio de la oscuridad de la noche. Cada vez que el viento hace que las ramas de los árboles rocen contra el cristal, siento que algo se me apodera. Es una sensación extraña, como si el miedo se instalara en mi cuerpo, tan real y palpable que me cuesta respirar. La casa está en silencio, salvo por los ecos de la tormenta que resuenan desde fuera. Beba tuvo que volar de emergencia a Ciudad de México, y aunque sé que tiene que irse por razones importantes, me siento extrañamente vulnerable sin ella. Ella siempre ha sido mi roca, mi estabilidad, y ahora todo se siente... diferente.
De alguna manera, me siento más perdida que nunca, como si algo fuera a suceder, algo que no puedo controlar. Cierro los ojos con fuerza, intentando bloquear los sonidos del exterior, pero todo se vuelve más intenso, más cercano. Los truenos retumban y me siento atrapada en un torbellino de inseguridad. No me gusta estar sola en estas noches. La soledad se vuelve más oscura, más opresiva, como si las paredes de la casa me rodearan cada vez más. A veces, cuando la tormenta es tan fuerte, tengo la sensación de que hay algo más allá de los sonidos y la oscuridad, algo que no puedo ver pero que está ahí.
Miro la habitación vacía, la cama en la que estoy acostada, y sé que no quiero estar aquí. Necesito salir, necesito encontrar a alguien, hablar con alguien. Cualquier cosa para distraerme, para que el miedo se disipe un poco. Decido levantarme. Me encuentro caminando hacia el pasillo, el sonido de mis pies descalzos sobre el suelo de madera es lo único que interrumpe el caos exterior.
El primer lugar al que me dirijo es la sala, esperando encontrar a alguien, o al menos que la compañía de otra persona me haga sentir menos vulnerable. Me asomo por la puerta del salón y la luz suave de una lámpara me da la bienvenida. Ahí está Karime, sentada en el sofá, con una taza de café humeante entre las manos. Está quieta, concentrada, como si no le importara la tormenta. La veo por un segundo, observando cómo la luz de la lámpara resalta su perfil, como si fuera una imagen congelada, una mujer segura, tranquila, que no se deja afectar por lo que sucede fuera. Pero yo no soy así. Yo siento cada trago de la tormenta en mi pecho, y aunque trato de parecer tranquila, mis manos siguen temblando.
Me acerco despacio, mi cuerpo en tensión, como si mi presencia pudiera romper algo. Karime me mira cuando me acerco y, en lugar de seguir con lo que hacía, me dedica una mirada tranquila, casi de comprensión. Su expresión cambia, y puedo ver la preocupación en sus ojos.
—¿Estás bien? —me pregunta, la suavidad de su voz me hace querer confesarle todo lo que estoy sintiendo, pero no lo hago. No le digo que estoy aterrada de la tormenta, que la oscuridad me está aplastando, que el miedo me hace sentir pequeña, impotente. No puedo admitirlo. Me siento estúpida.
—Tengo insomnio —mentí, con una sonrisa forzada, tratando de que sonara convincente.
Karime me observa un momento, como si pensara que mi respuesta no era la verdad, pero al final no dice nada. Solo asiente lentamente, como si entendiera.
—¿Te gustaría ver una película? —me ofrece, como si lo hubiera estado planeando desde antes. Sus ojos brillan con una calidez que, aunque aprecio, me hace sentir un poco más vulnerable.
Aunque al principio la idea de sentarme a ver una película no me parecía atractiva, lo único que quiero es escapar de mis pensamientos. Me siento más cómoda aquí, con ella, que sola en mi habitación, rodeada por los truenos. Así que, sin decir nada, asiento, siguiendo su propuesta.
Karime se levanta del sofá y se dirige a la televisión, buscando algo. Yo me siento en el lugar que estaba antes y la observo mientras ella elige qué poner. No puedo evitar mirarla, fijarme en la calma que tiene, en la forma en que mueve las manos mientras busca un canal, un DVD, algo para distraernos. Karime no parece molesta, ni siquiera parece darse cuenta de la tormenta que está fuera. Su presencia me tranquiliza, aunque también me desconcierta.
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El Precio de los Sueños
RomanceGala Montes y Karime Pindter fueron las favoritas de un reality show que las catapultó a la fama. Gala, con su talento para la música y carisma natural, parecía destinada a conquistar los escenarios, pero eligió el camino seguro de las telenovelas y...