Capítulo 30: Un Paso Hacia el Pasado
POV Gala
La puerta de la casa de Isabel se abrió con un leve chirrido, y de inmediato sentí una calidez que contrastaba con la humedad y el frío que había soportado bajo la lluvia. El aroma de café recién hecho y madera me envolvió, dándome una sensación que no había experimentado en días: seguridad.
Isabel caminó delante de mí con pasos firmes pero tranquilos, como si supiera exactamente lo que necesitaba sin tener que preguntármelo. Yo, en cambio, me sentía como un caos con piernas. Mis zapatos empapados hacían un ruido incómodo contra el suelo de baldosas, y mi vestido goteaba agua, dejando pequeñas manchas oscuras en cada paso.
—Ven, mi niña, no te preocupes por nada. Aquí estarás bien —dijo Isabel mientras me guiaba por el pasillo hacia lo que parecía ser la sala principal.
Tenía mil preguntas atoradas en la garganta, pero ninguna lograba salir. Mi mente estaba saturada, tratando de procesar las palabras de Isabel en el parque. "Karime nunca te lastimaría... Tu madre te rompió el corazón." Esas frases seguían resonando en mi cabeza como un eco interminable.
Al llegar a la sala, lo primero que captó mi atención fue un televisor encendido. La pantalla mostraba una imagen nítida, y el sonido era claro. Mis ojos se fijaron automáticamente en las figuras que aparecían: Karime, sentada en un sofá al lado de Beba, con Micky y Luigi en el fondo.
Me detuve en seco, como si alguien hubiera puesto pausa a mi cuerpo.
Dos chicas, que debían ser unos años más jóvenes que yo, estaban sentadas en el suelo frente al televisor, con los ojos fijos en la pantalla. Una de ellas sostenía un cuaderno y un bolígrafo, mientras que la otra tenía el control remoto en la mano, como si estuvieran analizando cada detalle de lo que veían.
No pude evitar fijarme en cómo ambas parecían tan concentradas, tan absortas en lo que Karime decía, que ni siquiera notaron nuestra llegada.
—¿Qué es esto...? —pregunté en un susurro, aunque no estaba segura de si hablaba con Isabel o conmigo misma.
—Es lo que necesitas escuchar, mi niña —respondió Isabel, colocándome una mano en la espalda para animarme a seguir caminando.
Di un par de pasos hacia adelante, incapaz de apartar los ojos de la pantalla. Fue entonces cuando lo escuché.
—Gala... —La voz de Karime atravesó la sala, suave pero cargada de una emoción tan intensa que me dejó sin aliento—. Si estás viendo esto, por favor, escucha.
Mi pecho se apretó al instante. Algo en la forma en que pronunció mi nombre, en el temblor de su voz, me hizo sentir un tirón en el corazón. Como si esas palabras estuvieran destinadas a mí y a nadie más.
Me quedé inmóvil, observando la imagen de Karime en la pantalla. Su expresión era una mezcla de esperanza, miedo y determinación. El tipo de mirada que alguien tiene cuando está luchando con todo lo que tiene por algo que realmente le importa.
—¿Qué está pasando? —pregunté, girándome hacia Isabel, aunque mis ojos seguían fijos en la pantalla.
—Karime está contando su verdad —respondió Isabel, su voz tranquila pero firme—. Escucha, mi niña. Es importante.
Las chicas frente al televisor finalmente notaron mi presencia. Una de ellas, que tenía el cabello corto y rizado, me miró con una mezcla de sorpresa y emoción.
—¡Es Gala! —exclamó, poniéndose de pie de un salto.
La otra chica la siguió, dejando caer el cuaderno mientras sus ojos se llenaban de asombro.
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El Precio de los Sueños
Roman d'amourGala Montes y Karime Pindter fueron las favoritas de un reality show que las catapultó a la fama. Gala, con su talento para la música y carisma natural, parecía destinada a conquistar los escenarios, pero eligió el camino seguro de las telenovelas y...