Nicole:
¿Qué le regalaba a una persona como Mateo si él ya lo tenía todo?
Esa era una pregunta que daba vueltas en mi cabeza desde hacía días y nunca le había encontrado una respuesta.
Me senté en la cama, rodeada de papeles, revistas y la computadora con un sitio web abierto, intentando encontrar inspiración para el regalo perfecto. Pero cuanto más pensaba, más confundida me sentía.
Me miré las manos y vi que estaban vacías. No tenía nada que darle a Mateo, nada que pudiera igualar su fama y su fortuna. Pero entonces, me acordé de algo que mi mamá siempre me decía: "Lo que importa no es el precio del regalo, sino el pensamiento y el amor que se pone en él".
Sonreí para mí misma, sintiendo que finalmente había encontrado la respuesta a mi pregunta. No necesitaba regalarle algo caro o lujoso, solo necesitaba regalarle algo que viniera de mi corazón. Pero... ¿qué podría ser?
[...]
Entré en el Abasto Shopping, rodeada de la energía y el bullicio de la multitud. Me dirigí hacia la sección de tiendas de lujo, con la esperanza de encontrar algo que me inspirara, y rogando salir con algún regalo de acá.
La primera tienda que visité fue una joyería de alta gama. Me gustó la elegancia y la sofisticación de la tienda, y me sentí atraída por la variedad de relojes y joyas que exhibían. Me acerqué a una vitrina que mostraba una colección de relojes de diseñador y comencé a examinarlos detenidamente. Pero después de un rato de buscar, no encontré nada que me pareciera adecuado para Mateo, así que agradecí y me dirigí hacia una tienda de ropa y accesorios para hombres. Pensé que tal vez podría encontrar algo que le gustara a Mateo, pero después de un rato de buscar, no encontré nada que me pareciera adecuado. La tienda estaba llena de gente, y me sentí un poco abrumada por la cantidad de opciones que había.
Mientras salía del local, noté que había un grupo de chicas mirándome detenidamente desde la distancia. Pero no les di mucha importancia, pensando que simplemente estaban esperando a alguien o mirando las vitrinas de las tiendas y simplemente seguí mi camino.
— ¿Libros? — me pregunté a mí misma mientras pasaba por una librería — no creo que sean de su estilo, él es más de la música o de los videojuegos que de sentarse a leer un libro por horas
Me detuve un momento frente a la librería, pensando en si debía entrar o no. Pero justo en ese momento, noté que el grupo de chicas que había visto antes se había parado detrás de mí, aunque nuevamente, las ignore y seguí en mi búsqueda
— ¿Un reloj inteligente? — me volví a cuestionar mientras observaba uno de color negro — no, ya tiene uno... y además, no es algo muy personal
Cuando debatía si eso sería o no un buen regalo, noté que el grupito otra vez estaba observándome desde cerca. Comencé a sentirme un poco incómoda, pero no quería ser paranoica, así que entré a un local de instrumentos musicales solo para ver si ellas realmente me estaban siguiendo o si solo era mi imaginación.
Mi mirada se posó en una sección de vinilos y me acerqué a ella con curiosidad.
— ¿Le llevo "The Marshall Mathers LP" de Eminem... — me pregunté analizando los objetos que tenía frente a mi — o "All Eyez on Me" de Tupac?
Me encantaban ambos artistas y sabía que Mateo también los admiraba, así que sin duda eran un buen regalo. Pero el problema fue que no sabía cuál elegir.
— Llevo los dos y ya está — dije sonriendo mientras caminaba feliz hacia la fila.
El grupito de chicas estaba afuera, justo en la puerta, mirándome fijamente de arriba a abajo. De repente, una de ellas sacó su teléfono y empezó a grabar mientras decía cosas que no alcancé a escuchar del todo. Me sentí un poco incómoda y me pregunté qué era lo que yo les había hecho.
Pagué los vinilos luego de varios minutos y salí de la tienda, pero al mirar alrededor, no vi a las chicas por ninguna parte. Me pareció extraño ya que no había pasado tanto tiempo, pero aun así agradecí que se hubieran alejado.
Ya con mi regalo en la mano, decidí entrar por curiosidad a una tienda de ropa para bebés y niños pequeños.
Mientras miraba todo lo que había adentro no pude evitar sentir una sensación de nostalgia y anhelo. Siempre había deseado ser mamá, y darle a mi hijo el mismo amor que mi familia me había dado a mi.
Pero entonces, mi mente se desvió hacia Mateo. ¿Querría él ser papá algún día?
— ¿Por qué nunca hemos hablado de esto? — me dije a mí misma — ¿por qué nunca me ha hablado de si quiere ser padre algún día? ¿o si siquiera lo ha pensado?
Me sentí un poco confundida y curiosa al mismo tiempo.
— ¿Y yo por qué no sé lo pregunte? — dude agarrando un conjunto de color verde con dinosaurios — ¿por qué asumí que no es algo que le interese?
Pero entonces me di cuenta de que no podía culpar a Mateo por no haber hablado de esto, porque yo tampoco había expresado lo que sentía con respecto a ese tema.
Mi reflexión fue interrumpida por el sonido de mi celular. Miré la pantalla y vi que era Emilia. Contesté la llamada y escuché su voz al otro lado de la línea.
— ¿Amiga, en donde andas? — preguntó riendo acompañada de otras personas — te estamos esperando.
— Boluda, re colgué — conteste encaminándome hacia la salida — estoy yendo
Colgué el teléfono y salí de la tienda. Crucé el shopping en cuestión de minutos, encontrándome afuera con el grupo de chicas, que al verme me interrumpió el paso.
La chica que me había grabado en la tienda de instrumentos se acercó mirándome con aires de superioridad.
— ¿Vos sos Nicole, la mejor amiga de Trueno?
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Nicole: 🕴🏼
