˗ˏˋ ★ 𝟰𝟴 - 𝘂𝗻 𝗽𝗿𝗼𝗯𝗹𝗲𝗺𝗮 𝗺𝗲𝗻𝗼𝘀 (𝗼 𝗻𝗼) ★ ˎˊ˗

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Le di un sorbo al daikiri de frutilla que estaba compartiendo con Nicole, sintiendo el líquido fresco y dulce deslizarse por mi garganta. Me recosté en la reposera, sintiendo el calor del sol en mi piel.

La ojiverde que estaba sentada a mi lado, tenía puesta una bikini de color negro que hacía que su piel resaltara, mientras que su pelo estaba recogido en un raro peinado similar a un rodete. Tarareaba melodías a la vez que se aplicaba protector solar en los brazos, dedicándome miradas rápidas, tanto a mi como al vaso.

— Amor, no te lo tomes todo — se quejó empujándome levemente

Le pido otro, mi reina, no se preocupe — le dije riéndome de su reacción

— ¿Me pones, porfi? — me pidió extendiéndome el protector solar y estirando una de sus piernas hacia mi — yo te tengo el vaso

Seguí riendo, negando con la cabeza. Coloque un poco del contenido de la botella en mi mano y luego lo esparcí por su piel suave y pálida. La morocha no dejaba de observarme, mientras se terminaba lo último que quedaba en el vaso.

— ¿Qué miras, nena? — consulté, levantando la vista hacia ella — ya sé que soy bonito, pero me pones nervioso

— ¡Qué creído que sos! — exclamó arrugando la nariz, y luego, inclinándose hacia atrás para apoyar su pie en mi cara a la vez que se reía a carcajadas.

— ¡No, hadita! — dije, indignado, tratando de ocultar la risa — ¡tenes toda la pata sucia!

La ojiverde se rió aún más y se sentó derecha, bajando su pie hacia el piso. Me reí y la miré, sintiendo su energía y su diversión.

De repente, la agarré de sorpresa, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura y levantándola del asiento. Nicole se sorprendió y se aferró a mi cuerpo, con sus brazos abrazando mi cuello y sus piernas rodeando mi cadera.

— ¡No, no, no, amor! — gritó, riendo y haciendo lo posible por soltarse — ¡perdón, perdón!

Me reí y la sujeté firmemente, sintiendo su calor para luego saltar al agua, sintiendo el choque refrescante del líquido en mi piel. El agua fría envolvió nuestros cuerpos, pero no logró disipar el calor que desprendía Nicki. Sacudí mis rulos con una de mis manos, mientras que con la otra sostenía a la ojiverde, que seguía abrazándome.

Mientras estábamos en el agua, una pareja de chicos pasó por la orilla de la pileta, caminando de la mano y conversando plácidamente. Detrás de ellos, una niña pequeña de unos tres años los seguía, con un bikini de colores brillantes y flotadores en los brazos. Su cabello rubio y rizado brillaba en el sol, y su sonrisa era contagiosa.

La morocha se dio cuenta y su mirada se fijó en ella. Su expresión cambió de repente reflejando ternura. Se aferró aún más a mi cuerpo, para poder girar su rostro un poco, y fue entonces cuando me di cuenta de que estaba observando a la pequeña con una intensidad que no había visto antes, y me pregunté qué era lo que estaba pasando en su mente en ese momento.

— ¿Viste que bonita era, amor? — susurró fijando su vista en mi, dejándome ver que los ojos le brillaban

Era linda, hadita, bastante tierna — le sonreí y ella hizo lo mismo, asintiendo con la cabeza.

[...]

Entramos en la habitación, cerrando la puerta detrás de nosotros. El aire acondicionado nos envolvió, refrescándonos después de una cena bastante íntima en el restaurante del hotel.

— Matu, ¿me ayudas con el cierre? — consultó la morocha girandose para darme la espalda

Si, mi amor — me acerque luego de quitarme la remera y dejarla sobre la cama. Hice su pelo suelto hacia un lado y le baje el cierre lentamente, dejando un beso en su hombro al terminar — ¿está todo bien? estás rara desde que nos fuimos de la pileta en la tarde... ¿pasó algo?

¿Te gustaría formar una familia algún día, teo? — consultó pausadamente en voz baja, como si tuviese miedo a lo que yo pudiese responder

Vos sos mi familia, linda — afirmé, viéndola tocarse el pelo con nerviosismo

— No amor... me refiero a si te gustaría ser papá — aclaró dando media vuelta hasta quedar enfrentados.

Me senté en la cama y la atraje hacia mí, posicionándola en una de mis piernas.

Me encantaría, ma... es uno de mis sueños — respondí, en el mismo tono que ella había usado antes — ¿por qué?

Yo... no sé, siempre me pregunté qué pensabas sobre... eso — titubeó algo nerviosa — supongo que es complicado plantearlo sabiendo el tipo de vida que llevas

Hadita pero los tiempos se acomodan... tengo una vida además de ser Trueno — trague saliva al escucharla suspirar

— Yo quiero ser mamá algún día, amor — exclamó, jugando con sus dedos demostrando cierta ansiedad — y quiero que estés ahí conmigo... cómo lo has estado hasta ahora...

Sonreí al darme cuenta de que ella si nos veía formando una familia, y que quizás, Matías ya no tenía ese lugar.

Conversamos hasta tarde sobre el tema de formar una familia. Nicole me hablaba emocionada sobre la ropa que vio el día que me compré los vinilos, y también sobre la nena que habíamos visto en la pileta. Su entusiasmo era contagioso, y me hacía sentir cada vez más emocionado al pensar en esa posibilidad de tener una vida juntos.

Yo quería ser el padre de sus hijos, quería ser el que estuviera ahí para verlos crecer, para enseñarles los valores que mi papá me había enseñado y para protegerlos de cualquier cosa que amenazara con lastimarlos. El tiempo y mi carrera no eran un problema, aunque a ella le preocupaba demasiado que yo no fuera alguien presente, pero estaba dispuesto a hacer cambios para encontrar un equilibrio entre mi vida personal y profesional.

Quería todo con la ojiverde, y no iba a parar hasta conseguirlo.

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yo me imagino verdaderamente a Mateo como papá y estoy así: 😭

pienso q sería un padre muy tierno la verdad

𝐈𝐍𝐅𝐈𝐄𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora