Llegué al departamento, cerré la puerta detrás de mí y me desplomé en el piso. La adrenalina que me había mantenido en pie hasta ese momento se desvaneció, y el dolor y la tristeza tomaron su lugar. Comencé a llorar desesperadamente, sin poder contener mis lágrimas.
Mi cabeza me dolía horrores, como si alguien me hubiera golpeado con un martillo. Mis oídos zumbaban, el pómulo izquierdo no paraba de sangrar, y cada vez que me movía, sentía un dolor agudo que me hacía gemir.
En la pierna derecha también tenía una molestia, y cada vez que respiraba, sentía un dolor que me subía por la pierna y me llegaba hasta la cadera.
Mateo, que había estado en la habitación junto con los gatos, escuchó mi llanto y vino corriendo hacia mí. Se arrodilló a mi lado y, desesperado, comenzó a tocar mi rostro.
— Hadita, ¿que... que te pasó?
— Me seguían en el shopping... — comencé a decir entre sollozos — unas... unas pibitas que no conocía, me grabaron y me hacían sentir incómoda.
Mateo me escuchaba atentamente mientras me rodeaba con sus brazos.
— Después, cuando salí de... del shopping, me detuvieron en la calle — seguí contando — me preguntaron si era yo, Nicole, la mejor amiga de Mateo, y cuando les dije que sí, me empezaron a gritar y a amenazarme
El morocho se tensó, pero no me soltó. Continuó acariciando mi cabello suelto pero despeinado.
— Me dijeron que me convenía seguir mi relación con Matías e irme a España pronto — le dije, llorando — yo... yo no sé cómo sabían tanto de mi matu, me asustaban
Él se mantenía en silencio. Solo escuchándome, pero yo sentía como su corazón latía rápidamente y como su respiración se aceleraba más y más con cada palabra que yo decía.
— Una me agarro del pelo y me dijo que si no me alejaba de vos me iban a hacer daño otra vez... que sabían dónde encontrarme — mire mis manos que no dejaban de temblar y las cerré al ver a Mateo levantarse de repente e irse sin decir una palabra.
Me quedé sola en el piso, llorando y sintiendo un dolor que parecía no tener fin.
Pero unos 30 o 40 minutos después, regresó con una bolsa en la mano. Se sentó a mi lado en el sillón y comenzó a sacar cosas que estaban adentro de la bolsa.
— Tenemos que curarte — susurró acariciando mi rostro lentamente — hay que parar el sangrado y darte pastillas que calmen el dolor
Me miró con una sonrisa suave y comenzó a limpiar mi pómulo con un paño húmedo. Luego, me aplicó una crema para reducir el dolor y la inflamación. Me dio un vaso de agua y me ayudó a tomar un par de medicamentos para el dolor.
— Gracias — hable en voz baja — siempre me salvas
— Ya pasó, linda — exclamó, dejando un beso en mi cuero cabelludo — prometo que nadie te va a volver a tocar.
Me sentí un poco mejor con sus palabras, pero todavía estaba asustada. Aun así, agarre la mochila que había llevado hoy, saqué la caja que estaba adentro y se la extendí sonriendo.
— No hacía falta mami — exclamo agarrando la caja y abriéndola para encontrarse con el vinilo de Tupac — All Eyez on Me — sonrió emocionado
Luego, observó el otro vinilo y su rostro se iluminó aún más.
— ¡The Marshall Mathers LP de Eminem! — gritó para luego decir un no con la o alargada por unos segundos — te pasaste mi amor
Me reí al ver su reacción, sintiendo un poco de alegría después de todo lo que había pasado. Mateo se acercó a mí, con los vinilos en sus manos, y me dio un corto beso en los labios
— Gracias, hadita — aclaró sin dejar de sonreír ampliamente — posta que es un regalo que significa un montón para mi
Me sonrojé un poco al escuchar su aclaración, pero no pude evitar sonreír también. Mateo se sentó a mi lado en el sillón, con los vinilos todavía en sus manos, y me miró con una expresión tierna.
— A este paso me voy a tener que casar con vos — exclamo riendo
Me reí y me sentí un poco más aliviada después de todo lo que había pasado. Mateo me abrazó y me acunó en sus brazos, y yo me sentí segura y protegida.
— Te amo — le dije, susurrando en su oído.
— Yo también te amo ma — respondió, besándome la frente — sos lo mejor que me pasó
Y en ese momento, todo estaba bien. Ya no importaban las amenazas, ni el dolor de mis heridas, todo se compensaba con la sonrisa de felicidad en la cara del hombre al que amaba con toda mi alma.
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q les pasa con mi nena a esas zorras 😡😡😡😡
