˗ˏˋ ★ 𝟲𝟭 - 𝘀𝗮𝗯𝗮𝗱𝗼 𝗰𝗼𝗻 𝘀 𝗱𝗲 𝘀𝗲𝗻𝘀𝗶𝗯𝗶𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 ★ ˎˊ˗

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El calor agobiante de febrero no era de mis cosas favoritas.

A Mateo parecía no importarle, ya que él dormía plácidamente a mi lado, con las manos en la nuca y el aire acondicionado en 26°. Su pecho subía y bajaba con cada respiración, y su rostro estaba relajado, sin una sola pizca de preocupación.

Me sentía un poco celosa de su tranquilidad, ya que yo estaba despierta desde hacía horas, pensando en todo lo que había pasado en las últimas semanas. La ruptura con Matías y sus amenazas contra su medio hermano; que faltaban cuatro días para el estreno de mamichula y las posibles consecuencias que eso podía traer.

Tome aire y lo solté, mientras me estiraba para desperezarme. Me llevé la mano a los pechos, que me dolían un poco, y me quejé suavemente. Luego me senté en la cama, mirando a Mateo mientras dormía, y pensé en todo lo que había cambiado en mi vida desde que decidimos volver de España.

Con una sonrisa suave, extendí mi mano y acaricié con la yema del dedo índice la frente del rapero. Luego, mi dedo siguió por la nariz, trazando la curva perfecta de su perfil. Continué mi recorrido por su rostro, acariciando suavemente sus mejillas, su barbilla y sus labios. Él se movió ligeramente, como si estuviera respondiendo a mi toque, pero no se despertó. Me sentí un poco emocionada por la forma en que mi tacto parecía calmarlo aún más.

— Buen día, amor mío — susurró luego de unos segundos abriendo los ojos de a poco y aferrándose a mi cuerpo

Buen día, hermoso — sonreí acostándome nuevamente — ¿cómo dormiste?

Duermo perfectamente desde que vos dormís conmigo — escondió su cara en mi cuello y comenzó a acariciar mi pierna izquierda.

Su mano bajaba y subía lentamente por mi muslo hasta que sus dedos encontraron la cicatriz del corte que me había hecho en Cancún, el día que él y Matías se pelearon.

— Detesto saber que te quedaron marcas físicas de ese viaje de mierda... como si las psicológicas no fueran suficientes — suspiró dándome dos leves palmadas — solo quiero borrar ese dolor... y que seas feliz

Soy feliz — sonreí y apoye mis dos manos en su cuello — esa cicatriz... no es más que un recuerdo de las cosas que no debo aceptar nunca más... y de un viaje que fue inolvidable por el hecho de que estabas ahí conmigo — deje un corto beso en sus labios — me haces más feliz que nada en este mundo, Mateo

Él me sonrió y me beso, nuevamente. Luego, me abrazo con fuerza, aferrándome a su cálido cuerpo.

— Y pensar que el día que llegaste de España yo no te podía ni ver — se rio sutilmente — y vos, me encerraste en el baño... estabas loquita

Y bueno — subí y baje los hombros — necesitaba que me escucharas... aunque me trataste feito, malo

Eras mi mejor amiga en ese momento... y estaba dolido, ma — contestó separándose para mirarme — pero nada que un panchito no pudiese arreglar

Me reí y lo empujé, provocando que se riera también.

¿Estás preparado para... hacerlo público? — consulté cambiando el tono de mi voz a uno más serio y bajando la vista

— ¿Vos estás preparada, hadita? — indagó él, agarrando mi mentón y levantándolo para mirarme a los ojos — ¿cómo te sentís con todo esto?

Estoy... no sé, algo nerviosa — suspiré disfrutando del suave tanto del dedo pulgar de Mateo en mi barbilla — tengo un poquito de miedo también... ya con solo leer los comentarios, de la publicación que hiciste, sé lo que me espera

¿Qué comentarios? — dudó, tensándose y tragando saliva

Supongo que no los leíste entonces — hice una mueca — no hace falta que...

¿Que decían? — amagó a agarrar su celular pero lo detuve — amor...

Me da vergüenza que los leas ahora — lo solté lentamente

— ¿Que decían, hadita? — insistió con un tono suave

Me... insultaban — me reí, triste — decían que... se esperaban eso de mi, que solo te estuviera usando para hacerme famosa... que no era nada más que una trola busca fama

Exhalo, notablemente molesto.

— Eso no es verdad — exclamo pasándose la mano por los rulos y suspirando otra vez — ¿les respondiste, hadita?

Solo a algunos... — trague saliva — no quería gastar tanta energía en comentarios que no me aportan nada

Me parece perfecto, mi amor — Mateo me sonrío, aunque su cara no dejaba de reflejar el disgusto que le provocaba que dijeran cosas malas sobre mi

Además... la rompimos en el tema — susurré — así que todos esos que me tiran hate me van a terminar queriendo

Vos la rompiste... sos una rapera de la puta madre — me beso la frente ruidosamente — esos tienen que lavarse la boca antes de hablar de vos

Me sonroje inmediatamente. Recibir ese tipo de halagos de parte de alguien como Mateo, con esa carrera y talento, me hacían poner nerviosa.

— ¿La mamichula tiene hambre? — preguntó luego de que yo le dijera que no había nadie más talentoso que él. Asentí, notando como se acostaba sobre mi cuerpo, reposando todo su peso sobre mi

Amor, espera... me duelen las tetas — me quejé observando cómo el morocho me miraba confundido y se levantaba despacio

Me lleve las manos a la zona y la presioné, soltando insultos en voz baja.

— ¿Amor que... vamos al hospital? — indagó Mateo, sin quitarme la vista de encima, parándose al costado de la cama

No matu, tranqui — trague saliva notando lo preocupado que estaba — ya se pasa... solo las tengo sensibles, nada más

¿Y eso por que, hadita? — indagó sentándose a mi lado

Subí y baje los hombros, sin decir ni una palabra.

¿Sabes que tengo ganas de comer, amor? — consulte, cambiando de tema — arándanos... se me antojan

¿La señorita quiere arándanos un sábado a las 8:00 de la mañana? — asentí viéndolo reír — arándanos va a tener

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chicas, ustedes no están preparadas para todo lo q viene 😧

cada vez falta menos para el final :c

𝐈𝐍𝐅𝐈𝐄𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora