Mateo:
— ¡Mamichula está afuera, la concha de su madre! — grite emocionado, sosteniendo mi teléfono para grabar una historia para Instagram, enfocándome a mi y luego a Nicole, que cantaba eufórica junto con nuestros amigos, con sus ojos brillantes y su sonrisa radiante — con ustedes, la más crack de las crack.
Ella al darse cuenta se rió y lanzó un beso a la cámara. Acto seguido, se acercó para besarme en la mejilla, tomándome por sorpresa y haciéndome sonreír, al sentir su aliento cálido en mi piel.
— Porfa, escuchen Mamichula... es una canción re contra especial y que hicimos con mucho amor — agregó la ojiverde, antes de alejarse nuevamente, con su cabello oscuro ondeando detrás de ella
— Y al que no le guste, que se la aguante — finalice, con una mirada juguetona y una sonrisa pícara, antes de publicar la historia.
Me uní al grupo cuando venía el verso de la morocha, pero ella no estaba ahí y tampoco las demás chicas. Al buscarlas, me di cuenta de que se encontraban en un rincón alejado, festejando y abrazándose entre sí, con sonrisas que parecían contener un secreto. Nicole me miró y me sonrió, pero había algo en su expresión que me hizo sentir que estaba pasando algo que yo no sabía.
— ¿Sabes quien se va a caer de orto cuando escuche el tema? — indagó Camilo, llamando mi atención, mientras me extendía un vaso con coca cola, cok una amplia sonrisa pícara y su mirada brillante de diversión — tu hermanito
— Yo no soy su hermano — aclare, corrigiendo a mi amigo con una mueca de desagrado — por mí que se mate — agregué, encogiéndome de hombros y tomando un sorbo de la coca cola.
— ¿No te da miedo de que le haga algo a la nicki? — consultó el 420, observando a su mejor amiga sonrojarse al hablar con las demás — ese wachin está loco, turro... — sacudió la cabeza mientras fruncía el ceño.
— No sabemos nada de él ni de mi vieja desde el viaje a Cancún... supongo que decidieron dejarnos en paz — exclamé para luego suspirar
— Espero que sea así — el ojimarron arrugó la nariz y lanzó pequeños golpes al aire — porque si no ya estoy listo para romperle la cabeza
Me reí levemente, sin saber qué decir. La verdad era que no sabía qué esperar de Matías. Después de lo que había pasado en Cancún, no sabía que más era capaz de hacer.
— ¿Qué onda con la naiki? — preguntó Mauro acercándose a nosotros — se ve re distinta desde que dejó al otro
Asentí con la cabeza, llevándome el vaso a la boca para beber de su contenido.
— Se siente más libre ahora — conteste — está, no sé... más radiante, menos preocupada
— Ya era hora hermano — el intérprete de "Hello Cotto" palmeó mi espalda — bien vos por bancarla a pesar de todo
— Es lo que ella merece, duko — sonreí al verla acercarse. Su pelo se movía al ritmo de sus pasos apresurados, cubriendo mis hombros al momento en el que me abrazó.
— Holi — susurró mirándome con los ojos brillantes de emoción — te amo mucho, rulitos de sopa maruchan
Contuve la risa mientras mantenía la vista fija en su rostro, que estaba cálido y ligeramente sonrojado.
— Te amo mucho más, hadita — respondí, devolviéndole el abrazo con un poco más de fuerza
De repente, se separó bajando la mirada a mi pecho que se movía lentamente al ritmo de mi respiración.
— Mañana... — exclamó pausadamente, sin mirarme — tengo algo que... contarte
— ¿Es eso que te tiene tan feliz últimamente? — indague viéndola asentir con la cabeza
— Solo teneme paciencia... en la mañana tengo cosas que hacer con Emi, pero cuando vuelva, prometo contártelo — subió la vista y me sonrió más tranquila — ¿puede ser?
Los gritos a nuestro alrededor por la escena de la bañera en el videoclip de Mamichula, nos sacaron de la burbuja en la que nos habíamos metido. Nicole se puso nerviosa al notar la razón del alboroto, y no era para menos.
Desnudos, abrazados mirándonos. Nuestra química era algo que se notaba a kilómetros, y se veía claramente, que ahí no había solamente una amistad. Consideraba a la ojiverde como mi mejor amiga, pero era más que eso. Era mi compañera, y el amor de mi vida.
— ¿Cuantas veces van a ver el video, salames? — me reí envolviendo a mi morocha con los brazos — relajen
Me ignoraron, silbando alocados en la parte donde Nicole y yo cantábamos al unísono.
— Culiado, no podes ser tan fachero — mi mejor amigo me largo un beso — si me gustaran los hombres, definitivamente sería por vos
Los demás presentes estallaron en risas que resonaron en el lugar, pasando la música a un segundo plano.
— ¿Dejaste a tu novio porque era un wannabe? — le consulte a la pelinegra que, había apoyado su cabeza en mi pecho, pero al escuchar que le hablaba la levantó
Arrugó la nariz, asintiendo.
— Ahora soy la lluvia del trueno, mi amor.
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la mariaclau les tiene una pregunta (o dos):
¿Creen q realmente soy una buena escritora?
¿Que piensan que le falta a mis historias para hacer que tengan más reconocimiento?
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