˗ˏˋ ★ 𝟯𝟳 - 𝘃𝗶𝗯𝗿𝗮𝘀 𝗿𝗮𝗿𝗮𝘀 ★ ˎˊ˗

204 24 19
                                    

Terminado el estreno de la canción de Emi y Mauro, Nicole y yo estábamos con unos cuantos tragos encima, y no podíamos quedarnos en lo del duko porque no había lugar, así que se nos ocurrió ir a la casa de mi mamá, aprovechando que ella estaba trabajando y Matías estaba en otro evento.

— Tengo ganas de vomitar amor — me dijo la ojiverde recostándose en el asiento del auto

Ya casi llegamos ma, aguanta un poquito — le pedí

Levantó el pulgar en señal de que estaba todo bien y luego acercó su rostro a la ventana para que le llegara bien el aire.

— Ya no tengo, ya se me pasó — me informó inhalando y exhalando con un poco de fuerza

Llegamos y te tomas algo para las náuseas — palmee levemente su pierna — yo ya estoy joya pero vos te pasaste

— Creo que si me pase — cerró los ojos apoyándose en el marco de la ventana

Llegamos al domicilio de mi progenitora y Nicole se bajo caminando desganada.

Abrimos la puerta encontrándonos con una oscuridad acompañada de un silencio sepulcral, así que lo primero que hicimos fue encender la luz.

La ojiverde se sacó las zapatillas y luego se encaminó hacia la cocina sacándose la campera.

Te vas a enfermar si te desabrigas tan rápido — le informe agarrando la prenda que ella acababa de tirar al piso.

— Tengo calor matu — se pasó los dedos por el pelo suelto y lo levantó, librándose de el por un momento

La madrugada se sentía en la cocina, que solo era iluminada por la luz tenue de la lámpara del techo. Nicole se apoyó en la mesada con el cuerpo relajado y la mirada en mi mientras colgaba su campera en una de las sillas, y posteriormente, sacaba una botella de agua de la heladera para extendérsela.

La ojiverde bebió un sorbo y la cerró dejándola a un costado

— ¿Me das un besito? — me pidió con voz suave y seductora — no me das uno desde hace rato.

Me acerqué con una sonrisa, la levante hasta que se sentó, y me coloqué entre sus piernas, que se abrieron para recibirme. Pose mis manos en su cadera, sintiendo el calor de su piel a través de la ropa. La besé lentamente, sintiendo el sabor del fernet que habíamos ingerido, pero me detuve al escuchar un ruido, y me quede observando a mi alrededor por unos cuantos segundos

— No hay nadie, amor — susurró ella, enredando sus dedos en mis rulos y tirándolos hacia atrás para acto seguido besar mi cuello, erizándome la piel al sentir su aliento cálido. Mi respiración se aceleró y agarré el mentón de la morocha con una leve fuerza, sintiendo el calor de su piel bajo mis dedos.

No me digas así, mami — dije con la voz algo ronca a la vez que la miraba fijamente a los ojos — por favor.

— Creí que te gustaba que lo hiciera — deslizó las manos por mi abdomen, tocándome suavemente y en un movimiento rápido se deshizo de mi remera, dejándome con el torso desnudo.

Es que ese es el problema, hadita, me gusta que lo hagas, pero... alguien podría escucharte — exclame

— En este momento no... — se tiró hacia atrás, apoyando las manos en la mesada de la cocina, mientras me observaba con una ceja levantada y una sonrisa pícara — ...mi amor.

Reí, negando con la cabeza, a la vez que acariciaba su vientre.

Tu remerita me está empezando a molestar — susurró, aproximándome hacia su boca

— Sácamela entonces — contestó en voz baja pero seductora.

Me quede quieto, solo observándola, en el momento en el que caí que quizás no era lo que ella quería.

— Nicki... — titubee buscando las palabras — ¿de verdad queres... hacerlo?

Me preocupaba incomodarla después de lo que había pasado con Matías, y no quería que solo hiciera algo porque yo tenía ganas.

— ¿A que te referís amor? — frunció el ceño

Ya sabes a qué — trague saliva hundiendo mi cara en su cuello — lo qué pasó con el otro fue muy reciente y a mi me preocupa que... te sientas mal o te vengan recuerdos feos

Nicole río levemente y dejó un corto beso en mi hombro.

Sos el amor de mi vida por cosas como esa... porque pensas en todo, literalmente — exclamó para luego quedarse callada por unos segundos — para que te quedes tranquilo... quiero hacerlo... y prometo decirte si es que me siento incómoda

Asentí con la cabeza mientras me separaba. Al mirarla, noté su respiración agitada y observé cómo su pecho subía y bajaba con un ritmo acelerado al sentir mi tacto sobre su piel. La cocina estaba en silencio, solo roto por el sonido de nuestras respiraciones y los gemidos que escapaban de nuestros labios a medida que nos terminábamos de desvestir.

Nicole rodeó mi cintura con sus piernas para atraerme, y luego, me abrazó, clavándome las uñas en la nuca y también en la espalda mientras que yo me movía lentamente. De repente, escuchamos un ruido, un crujido suave, como si alguien estuviera observándonos desde las zonas poco iluminadas de la casa. Sentí un escalofrío en la espalda que se mezclaba con la sensación de ser observado, pero ella no pareció notarlo, estaba demasiado perdida en el momento.

Seguí moviéndome, pero mi mirada se desvió hacia la oscuridad, tratando de ver si alguien estaba allí,mirándonos. Me sentía incómodo, pero no quería arruinar el momento, así que solo seguí adelante, aumentando poco a poco la velocidad para ignorar aquel raro presentimiento.

Los gemidos de Nicole me ayudaron a dejar de pensar, y volví a concentrarme en ella.

La ojiverde soltó un leve quejido mientras que se limpiaba la mano con la que se había masturbado esta vez.

— Que aburrido, que aburrido — exclamo en un tono burlesco al ver que, nuevamente, se la sacaba para no acabarle adentro.

Soy cuidadoso hadita

Más de una vez no lo fuiste — arrugó la nariz y negó con la cabeza a la vez que me pasaba servilletas para que me limpiara — y no pasó nada

Ya se linda, pero igual — respondí agarrando una bolsa y metiendo los papeles ahí para tirarlos en otro lado

Nicole se bajo de la mesada quedándose quieta con la mirada clavada en las escaleras, lugar desde el que provenía el crujido que habíamos estado escuchando.

— ¿No crees que el ambiente se siente algo raro? — dudó frunciendo el ceño y desviando la mirada hacia mi

¿Vos también lo sentís? — indague rascándome la nuca

— ¿Y si mejor nos vamos matu? — propuso levantando su ropa del suelo — me dio como mala vibra, no se

Nos vestimos rápidamente, sin decir una palabra. Una vez que estuvimos listos, nos dirigimos hacia la puerta, tratando de dejar atrás la sensación de ser observados. Al salir de la casa, ese incómodo sentimiento desapareció, pero sabíamos que algo había estado ahí, observándonos. Y aunque ninguno de los volvió a sacar el tema, sabíamos que, sin duda, no olvidaríamos esa noche.

•──•─•──•✦•──•─•──•

NO SOY ETERNO BABY 🗣

𝐈𝐍𝐅𝐈𝐄𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora