— Tu papá va a ponerse muy feliz cuando se entere de que estás creciendo ahí adentro — susurré, acariciando mi vientre lentamente, desviando la mirada a las marcas que había dejado la soga apretada que Matías había decidido quitarme ayer — no le va a gustar mucho como me trató Matías y seguramente se enoje bastante
Me levanté de la cama, sacudiendo mi ropa para quitarme el polvo y la suciedad. Me sentía un poco mareada, pero intenté mantener el equilibrio. Me acerqué a la ventana, mirando hacia afuera sin ver nada en particular. La luz del sol era cegadora, y me hizo entrecerrar los ojos.
De repente, escuché un portazo, imagine que mi ex pareja había regresado después de salir ayer y no volver. Me giré hacia la puerta, esperando a que alguien entrara. Y entonces, escuché pasos apresurados. La puerta se abrió de golpe, y Mateo entró a la habitación, totalmente fuera de sí.
— ¡Nicole! — gritó, corriendo hacia mí — yo... te estoy buscando hace dos días... me tenías con el corazón en la boca
Intente responderle, pero antes de que pudiera hacerlo, él me abrazó fuertemente, como si no quisiera soltarme nunca más.
— Matu, él... lo... lo sabe — titubee dándole miradas rápidas a la puerta por miedo a que el castaño apareciera — sabe que... estamos juntos
— ¿Y que tiene, hadita? — indagó — ahora te vas conmigo y ya no te va a poder hacer nada más... vos tranquila
Los aplausos sarcásticos que comenzaron a escucharse me hicieron tensarme. El rapero lo noto e inmediatamente me soltó y se colocó delante de mi, listo para defenderme.
— Hermanito... — Matías sonrió ampliamente moviendo el arma con absoluta libertad — te estaba esperando
Luego, dio pasos lentos observándonos.
— Ahora que estamos los tres... podemos conversar sobre esto que esta pasando entre ustedes — nos señaló con el dedo índice — y de cómo gracias a esa cancioncita que subieron me están dejando como el gorreado más grande de toda la Argentina
— ¿Todo esto es por Mamichula? — indagó el morocho de rulos, frunciendo el ceño — no te puedo creer
— No, todo esto es porque te robaste a mi novia en mi cara y como eso no te fue suficiente, decidiste hacer un video que lo único que hizo fue dejarme mal — aclaró el mayor de los Corazzina.
— Yo la amaba desde siempre... y vos lo sabias — Mateo presionó el agarre en mi muñeca por un segundo — estabas celoso de mi amistad con ella...
Matías se rió amargamente y se secó una lagrima que comenzaba a recorrer su rostro. Estaba enrojecido por la bronca y eso se podía salir de control.
— No lo provoques... está armado — le advertí — ¿no lo estás viendo?
— ¡Siempre fuiste el favorito y yo tu sombra! ¡el hermano de Trueno! — gritó — eras el que se llevaba todos los elogios y todas las oportunidades... pero no te alcanza con tener todo... necesitabas a mi novia también
Matías se rió de nuevo, la risa llena de amargura y dolor.
— ¡Era mi mujer, Mateo! — Matías me señaló moviendo el brazo con fuerza. Apreté los antebrazos del freestyler y lo mantuve en su lugar, aunque él solo quería abalanzarse sobre su hermano — yo la amaba mas de lo que pensas
El antes mencionado dio un paso adelante, con la mirada fija en el chico que estaba frente a ambos
— Si realmente la amabas, no la hubieses golpeado — dijo, con la voz firme y llena de reproche — no la hubieses insultado ni rebajado de la forma en que lo hiciste... yo le di el amor que se merecía, yo la hice feliz otra vez... la hice brillar
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