Caminamos por la playa de la mano un rato antes de ir a cenar, y sin dudas, había sido el momento más especial de todos. Solo nosotros dos, el sonido de las olas y un silencio para nada incómodo que aún así decidí romper con una duda que tenía después de leer sobre eso en internet.
— Hadita ¿alguna vez has sentido que hay alguien en el mundo que es exactamente igual que vos? — indague — ¿alguien que te entiende sin necesidad de palabras? ¿o con quién podes ser vos verdaderamente sin miedo a que te juzgue?
— Solo he sentido eso con vos — respondió recostando su cabeza en mi hombro — me sigo sintiendo tan conectada con vos, como si el tiempo en el que me fui nunca hubiese existido.
— Siento lo mismo — asentí con la cabeza coincidiendo —¿cómo es posible que después de tres años, nos sintamos igual de conectados?
— No sé, pero creo que nuestra amistad fue solo el comienzo de algo que va a ser muy lindo — habló para luego suspirar lentamente — me fui a España pensando que necesitaba distanciarme, pero en realidad, me di cuenta de que te extrañaba mucho más de lo que pensaba.
— Por más que estaba enojado, yo también te extrañaba mucho, y me sentía perdido sin vos
— ¿Crees que estábamos destinados a volver a encontrarnos? — dudo dejando de caminar y parándose frente a a mi — ¿o fue solo una coincidencia?
— Yo no creo en las casualidades para serte sincero — la agarre de la cintura atrayéndola — en lo que si creo, es que sos mi alma gemela, y en qué esto era algo que tenía que pasar
Después de pronunciar esas palabras, la ojiverde se acercó lentamente. Sentía cómo corazón late con fuerza, con la misma intensidad del mío. Ella se inclinó hacia adelante con sus ojos fijos en los míos. Nuestros rostros se aproximaron hasta que pude sentir su aliento cálido rozándome la piel.
Y entonces, Nicole me besó. Un beso suave y dulce, pero lleno de pasión y emoción. Decidí respetar la intensidad y solo abrazarla.
El mundo a su alrededor desapareció, dejándonos solos en ese momento mágico. El sonido del mar y el viento se desvanecieron, y solo quedaba el latido de nuestros corazones y el calor de nuestros labios.
Y momentos así, pienso que son un reflejo de la conexión profunda que compartimos, un símbolo de nuestro amor y destino entrelazado que nada ni nadie va a poder separar.
[...]
— Mira y escucha esto, matu — me guiño el ojo al ver que se acercaba el mozo — due Spritz con un po' piú di Aperol, per favore — pidió Nicole en el italiano que me sorprendió que hablara
— ¿Hablas italiano también?
— Parlo solo un po' di italiano — continuó diciendo — solo lo básico
— ¿Haces todo y encima lo haces perfectamente? — mordí mi labio inferior negando lentamente con la cabeza — que mujeron que sos
— Me gusta aprender cosas nuevas — agarre su mano y le bese la parte superior de la misma — hablo más idiomas también, pero no voy a decirte cuales
— Apa, me encanta esta Nicole políglota
Ella sonrió y sus mejillas se tornaron de un leve rojo.
— Me gusta que me halagues, o que te impresione que sepa cosas que vos no
— Es que es lindo estar acompañado de alguien inteligente o que está interesada por muchas cosas — el camarero se acercó con nuestras bebidas y la morocha formuló un grazie — no podes aburrirte nunca estando con alguien como vos si me hablas de millones de cosas
— Sos el hombre más hermoso que existe — dijo ella besándome la comisura de los labios — y es verdaderamente un placer compartir todo mi conocimiento con vos
— Vos sos la mujer más hermosa que existe — sonreí mientras hablaba — y agradezco que decidas compartir todo lo que sabes conmigo
Pedimos dos copas de Prosecco antes de seguir con el plato principal, Pollo alla Calabrese, que luego acompañamos con Cirò, un vino blanco producido en Calabria, que tenía notas de cítricos y hierbas.
— Acá tomando la copa número... ¿tres? — la morocha estaba grabando un nuevo video — mientras comemos pollito, saluda amor
Saludé con la mano mientras tomaba del contenido de la copa.
— Esta piba que está acá — la señale — habla un italiano de la puta madre
Ella sonrió mirándome y yo hice exactamente lo mismo.
— Te amo — exclamó para luego reír algo nerviosa
— Yo te amo más — imite su acción de forma inconsciente
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los amo los amo los amo