37

456 52 116
                                    

Bésame - Bhavi ◞───────⊰·☆·⊱───────◟

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Bésame - Bhavi
◞───────⊰·☆·⊱───────◟

— ¡Muchas gracias por la comida! Ahora iremos a ver los fuegos artificiales, ¿no, Kanae? — Dijo Aoi con mucha emoción en su ojos. 

Ante esta pregunta, la mencionada asintió felizmente y se levantó de la mesa.

— Si, podemos ir todos en un rato. Si salimos temprano vamos a llegar bien. —

Como todos terminamos de comer, parecía lo más factible.

— Yo me quedo. — Dijo Sanemi de brazos cruzados con la mirada sobre su plato vacío.

— Yo también. — Dije automáticamente, un poco demasiado obvia mientras lo miraba buscando hacer contacto visual, pero no pasó.

— Quiero… descansar. — Me excuse con una pequeña sonrisa y note como los más grandes de la mesa me miraban de forma cómplice, hasta Shinobu.

— ¿Entonces ustedes dos se quedan? — Preguntó Kanae y ambos asentimos.

No tardaron mucho en arreglarse. Limpiamos todo antes de que se fueran.

— Nos vemos más tarde. — Les dije una vez que salieron por la puerta principal, entonces me dirigí por los pasillos de vuelta al comedor.

Todo estaba muy tranquilo, muy silencioso. Ya me había acostumbrado al ruido constante en la finca.

Tantos meses ayudando a las niñas, cocinando o haciendo de enfermera cuando había una emergencia. Todo se había vuelto una cómoda rutina.

Hasta que de repente, antes de llegar al comedor, vi a Sanemi apoyado contra la pared en una esquina.

No se si estaba esperándome, pero me dio ilusión que lo hiciera.

— Hola... — Sonreí y llevé un mechón de cabello detrás de mi oreja.

— Hola. —

Titubee un poco antes de volver a hablar mirando para cualquier lado excepto su rostro.

— ¿Quieres que nos quedemos un rato? Podemos... salir afuera. Creo que se pueden ver los fuegos artificiales desde aquí también. —

Sanemi se movió y se paró frente a mí. Pensé que haría algo, pero solo asintió y miró hacia adelante.

— Bien. —

Me molestaba que hablara tan poco, como si apenas nos conociéramos.

Aun así, no dije nada y caminamos juntos hasta el porche del patio trasero.

— Oye, si querías ir a ver los fuegos artificiales no tendrías que haberte quedado... — Parecía que iba a decir algo más, pero no terminó su frase.

Felicidad | Sanemi ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora