Meiko Masuaka, la pilar del rayo, era una mujer independiente que ocultaba una curiosa historia con Sanemi Shinazugawa, el pilar del viento.
Se prometieron seguir en pie por el otro, incluso si se convirtieron en desconocidos con el paso de los años...
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Flaca - Andrés Calamaro ◞───────⊰·☆·⊱───────◟
- ¡SANEMI! - Alguien grito detrás de mi, empujandome hacia adelante.
Masachika se interpuso entre un lobo y yo, logrando cortarle la cabeza.
- ¡Masachika, ¿estas bien?! - Pregunte y él asintió, rápidamente volví a levantarme para seguir peleando.
Los hermanos, Masachika y yo estábamos luchando, ya no para asesinar al demonio, sino para resistir.
Meiko fue encerrada en una especie de domo negro. Podíamos verla luchar con el demonio mientras que nosotros nos encargabamos de los lobos que salían de este, como si de un portal se tratara.
Pasamos horas luchando para sobrevivir.
- ¡¡HERMANO!! - Grito Koji cuando Koki cayó frente a unas bestias.
Él estuvo cargando el cuerpo de su gemelo toda la noche, claramente estaba cansado.
A pesar de que el cuerpo era una carga, pero no estaba dispuesto a que los lobos lo deboren. No lo solto ni siquiera cuando cayo y empezaron a morderlo sin piedad.
Cuando intentamos salvarlo, ya habían mordido su cara hasta dejarla irreconocible.
Koki falleció abrazando a su gemelo.
Cuando el mayor y menor vieron esto, se llenaron de ira.
Koji intento proteger lo que quedaba de sus cuerpos mientras también defendía a Kosei, pero uno de los lobos arranco piel de su pierna y quedó malherido.
No tardo en caer y los lobos también lo asesinaron.
Ahora solo quedábamos tres.
Masachika, Kosei y yo.
Me corte varias veces para drogarlos con mi sangre especial, pero no funcionó porque no era el cuerpo original.
A pesar de todas nuestras heridas y lo cansados que estábamos, no paramos de luchar ferozmente.
Empece a desesperarme cuando vi como Meiko también cayó al suelo, siendo derrotada por el demonio.
¿Tan poderosas son las lunas menguantes? A pesar de que intentamos destruir la barrera que el demonio había hecho, que lo toquemos solo generaba lobos hambrientos.
- ¡CARAJO, HAY QUE HACER ALGO! - Grite al ver como Meiko caía inconsciente. No podía ver exactamente lo que estaba pasando dentro debido a la oscuridad, pero sabía que no era nada bonito.
No pude concentrarme más en eso porque Kosei también cayó al suelo, justo al lado del cuerpo sin vida de su hermano mayor.
El joven estaba cansado, devastado. Intento levantarse, pero los lobos rápidamente se abalanzaron sobre él.