Meiko Masuaka, la pilar del rayo, era una mujer independiente que ocultaba una curiosa historia con Sanemi Shinazugawa, el pilar del viento.
Se prometieron seguir en pie por el otro, incluso si se convirtieron en desconocidos con el paso de los años...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Say Yes To Heaven - Lana Del Rey ◞───────⊰·☆·⊱───────◟
Solo puedo resumir esto con una palabra...
Incómodo.
- Bueno... - Murmuro Masachika mientras nos miraba.
Esta sentado frente a nosotros viendo como mantenemos unos buenos centímetros de distancia de el otro.
- No hables... - El albino a mi lado lo callo cruzado de brazos, pero estaba rojo como un tomate al mismo tiempo.
Yo no dije absolutamente nada. Los miré a ambos y baje la vista al suelo.
- ¿No tienen nada que decirme? - Pregunto el azabache. Nos estaba mirando de forma insinuante, parece estar divirtiéndose.
- No, absolutamente nada. Y no insistas. - Volvió a responder Sanemi.
- Creo que tengo derecho a saber. -
- ¡Claro que no! -
- ¡No me refiero a lo que estaban haciendo ahora! - Aclaro moviendo sus manos. - Aunque es bastante obvio... - Susurró eso y Sanemi se sonrojo aun mas.
- ¡CÁLLATE! - Le grito, levantándose como si fuera a golpearlo y como Masachika no se inmutó, volvió a sentarse de mala gana.
- Shhh, no grites. Todos están durmiendo. - Lo regaño señalandolo con dedo, luego me miró a mi.
Me limite a ver el yeso de mi pierna con tal de no hacer contacto visual con ninguno de los dos.
¡Como si de repente un pedazo de vendaje duro pegado a mi pie fuera tan interesante!
- Solo digo, tengo derecho a saber si mis mejores amigos están juntos. ¡No tienen porque esconderlo! - Aseguro con una amplia sonrisa.
No pude hacerme más la tonta cuando dijo eso, sonrojandome también. De repente mis mejillas estaban igual de coloradas que las de Sanemi.
- ¡No estamos juntos! - Gritamos al mismo tiempo y el de las dos cicatrices se río en nuestras caras.
- ¡Por fin hablas! Seguro el piso estaba muy lindo, ¿no? ¿De que color es? - Se burlo de mi y yo volví a bajar la cabeza.
Esta humillación era demasiado para mí...
- ¡CÁLLATE! - Le volvió a gritar Sanemi, agarrando la almohada de mi cama para tirarsela.